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microrrelatos A El V concurso de microrrelatos sobre abogados se acerca a su fin con los penúltimos ganadores del año punto de finalizar la convocatoria del V Concurso de Mi- crorrelatos sobre Abogados, ya conocemos a los penúlti- mos ganadores que optarán al premio final de 3.000 con el que se premia al mejor relato del año. En esta ocasión, el vencedor del mes de agosto nos relata la historia de un abogado que compara los juicios con el deporte del boxeo, y al igual que ocurre con las peleas pugilísticas, no siempre sale bien parado… El ganador de septiembre es un canto nostálgico a la figura del abuelo del protago- nista, abogado devoto, que dejó gran parte de su valioso legado a su nieto. En el mes de diciembre se puso en marcha el V Con- curso de Microrrelatos sobre Abogados, que cuenta con las mismas bases de las ediciones anteriores. Es un con- curso abierto a todo el que quiera participar, cuyos requi- sitos principales son crear un relato original de un máxi- mo de 150 palabras entre las cuales tienen que estar las cinco palabras de carácter obligatorio que se publican cada mes en el microsite del concurso. Tal y como se ha hecho en las anteriores ediciones del concurso, cada mes se irán publicando en la web www. abogacia.es, a través del microsite www.microrrelatosa- bogados.com, una selección con los relatos que el jurado considere de mejor calidad entre todos los recibidos, an- tes de dar a conocer el ganador del mes. En el microsite pueden también consultarse todos los relatos seleccio- nados y ganadores de las cuatro ediciones anteriores del Concurso, así como las bases para la participación y el formulario a través del cual los participantes pueden en- viar su relato junto a sus datos personales. l Más información en www.microrrelatosabogados.com GANADOR DE AGOSTO KNOCK OUT Concebía el derecho como un combate de boxeo. En el estrado, sus argumentos eran letales, como el aguijón de una abeja o la picadura de una medusa. Perder un caso constituía un oprobio, una prueba irrefutable de la mediocridad. Se consideraba un púgil rocoso, capaz de rebatir cualquier defensa. En su cuaderno desmenuzaba los casos, analizaba la jurisprudencia y buscaba resquicios legales, donde golpear y hacer daño. No concedía ninguna prórro- ga a sus contrincantes, ni permitía que el comité del bufete interfiriese en su trabajo. 67 victorias y 0 derrotas, una marca envidiable. Aun así, cuando una persona está en la cúspide, corre el riesgo de desplomarse sobre la lona. A veces, es una flojera de piernas, otras, un gancho de izquierda inespera- do como el que le propinó aquella mujer de la ven- da en los ojos durante el segundo round. CARMEN PRIETO GANGOSO _ Zamora GANADOR DE SEPTIEMBRE MORIR CON LA TOGA PUESTA El ocaso de mi abuelo como abogado comenzó a los ochenta y un años. Tras años de titularidad inin- terrumpida como único accionista del despacho me cedió su asiento en los estrados cuando cumplí los veinticinco años. No pasaba vistas pero con- migo al lado seguía ejerciendo la abogacía como ocupación preferente, la cual amaba mimándola con sus impecables aforismos y su trabajada prosa forense sin gerundios. Aunque ya no iba enlutado a los tribunales y superaba con creces la edad de jubilación, no tuvo empacho en aprenderse la nue- va L.E.C., minutar en euros y comenzar a responder consultas por Internet. Nadie le creía tan viejo con ese serio porte profesional sólo atenuado por una fina sorna andaluza con la que fustigaba literaria- mente los desatinos de los contrarios para jolgorio del juez. Así murió, a los noventa y uno, como cole- giado ejerciente, dejándome sus escritos, los mue- bles y los libros del despacho. JOSÉ ALBERTO BARRERA MARCHESSI _ Madrid 74_Abogados_Noviembre 2013