To view this page ensure that Adobe Flash Player version 11.1.0 or greater is installed.

CARTA DEL EDITOR Inteligencia Artificial y Abogacía: como el sexo en la adolescencia aumentar su capacidad de análisis y predicción. Sobre el tiempo, sobre determinados comportamientos, sobre mejoras de procesos, sobre ahorros de energía… ¿Por qué no sobre lo previsible de que un juez dicte sentencia en un sentido o en otro en función de hechos similares anteriores? ¿O de cómo puede variar una sentencia en función de en qué juzgado recaiga? ¿O sobre cómo presentar un recurso teniendo en cuenta toda la jurisprudencia y hasta el historial o los comportamientos del tribunal que va a decidir? O para detectar cláusulas coincidentes o divergentes en diversos contratos… Y para mucho más. © natalia0103 / 123RF E n pocos años ha cambiado aceleradamente –en gran parte de los casos para ofrecernos ventajas- la forma de vivir, de comprar, de organizar o limpiar nuestra casa, de cocinar, de comunicarnos, de hacer fotos, de informarnos y hasta de hacer turismo o de disponer de traductores para entendernos en otros idiomas. De la misma manera se puede decir que estamos sometidos a una vigilancia constante y que somos conscientes de ello. Cambia todo, incluida la forma de trabajar. Los abogados no son una excepción. Internet lo está cambiando todo. Y esto es sólo el principio. La presidenta de Google España, Fuencisla Clemares sostiene que cada diez años hay una gran revolución –a las de ahora las llaman “disrupción tecnológica”- que supone un cambio radical en casi todos los aspectos de la vida. En los 80 fue la aparición del Mac. En los 90, internet y el e-commerce. La primera década del siglo XXI dio paso al iPhone. Y ahora estamos entrando de lleno en la de la Inteligencia Artificial que, entre otras cosas va a obligar a rediseñar todos los servicios para el móvil, porque el 50 por ciento del tráfico digital está ya hoy en el móvil. Los españoles tenemos 103 teléfonos móviles por cada 100 habitantes. Clemares señala dos grandes cambios inmediatos: los asistentes virtuales y el aprendizaje de las máquinas. Podremos interactuar, sólo con la voz, con casi todos los dispositivos personales, de la casa y del trabajo. Les podremos preguntar al despertarnos qué tiempo va a hacer, nos leerán las noticias o nuestra agenda del día. Les daremos órdenes… y las cumplirán. Ya funcionan en Estados Unidos. El machine learning es otro cambio fundamental. A través de algoritmos, los humanos podemos entrenar las máquinas, suministrarles un inmenso volumen de datos relacionados con nuestros intereses. Las máquinas los analizan, hacen pruebas, verifican coincidencias o diferencias y están en condiciones de hacer predicciones en función de unos parámetros determinados. Y pueden seguir recibiendo datos permanentemente, tomarlos de otras fuentes y Si alguien piensa que la Inteligencia Artificial, el machine learning y otras muchas cosas no van a llegar al ejercicio de la Abogacía y que la capacitación digital de los abogados y abogadas –desde la Universidad y el máster hasta el último día de su carrera- no es imprescindible, seguramente está más cerca de quedar fuera de juego para siempre que de tener éxito profesional. Como dice Lidia Zommer en uno de los artículos de esta Revista, “la inteligencia artificial es como el sexo en la adolescencia. Todo el mundo habla de ello, nadie sabe realmente cómo se hace, pero todos piensan que otros lo están haciendo. Por eso, todos dicen que lo están haciendo”. Algunos lo están haciendo. La innovación tecnológica lleva consigo la innovación del Derecho. Los abogados van a tener que saber, sobre todo, Derecho. Pero tendrán que aprender otras habilidades, entre ellas las digitales. Hay muchos retos y muchos riesgos, algunos muy serios. Pero no hay otro camino. Pasen y lean. l Febrero 2018 _ Abogacía Española _ 3