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CARTA DEL EDITOR E 2017 un año para el compromiso l final de un año y el comienzo de otro es siempre tiempo de balance y de compromiso. En el debe de 2016, está la ausencia de Gobierno y la incapacidad de los políticos para encontrar una salida a la crisis institucional, sólo cerrada a última hora y con la amenaza permanente de unas nuevas elecciones si no hay acuerdos permanentes que lo impidan. En el haber, ese acuerdo de última hora, la generosidad de algunos por permitir el Gobierno y, sobre todo, esa necesidad nueva en la política española de los últimos años de cimentar la política, las leyes y el progreso sobre los pactos. Ceder todos para conseguir el acuerdo. Hay sobre la mesa muchos frentes abiertos, desde la reforma constitucional hasta la educación, la política fiscal, la educación, la sanidad, las pensiones, la configuración territorial del país… y, por supuesto, la Justicia. 2016 deja encima del tapete y 2017 lo recibe así una oportunidad única para hacer leyes que respondan de verdad al interés general y que permanezcan en el tiempo, acuerdos de Estado y no de partido, recobrar la seguridad jurídica y eliminar del debate partidista asuntos que nunca debieron formar parte de él porque trascienden los intereses particulares. En el mundo de la Justicia eso es especialmente importante. En la etapa más reciente se han desmontado algunos proyectos de ley o algunas leyes que eran manifiestamente injustas o que aumentaban, en lugar de resolver, los problemas reales. Ahora toca construir, proponer, acordar una reforma integral de la Justicia. La coincidencia en el diagnóstico y la debilidad de cualquiera para imponer “su” reforma, se ha convertido en la gran oportunidad para conseguir un cambio de fondo, debatido con todos, aceptado por todos, con cesiones de todos y, sobre todo, como viene defendiendo siempre la Abogacía, que ponga al ciudadano en el objetivo y en el centro de esa Justicia democrática, eficiente y ágil que ellos mismos demandan. La Abogacía, que viene trabajando desde hace tiempo en las líneas maestras de ese cambio imprescindible y que ha mostrado su voluntad de liderar el Pacto de Estado por la Justicia, ha enviado ya al Ministerio de Justicia, al Consejo General del Poder Judicial, a la Fiscalía General del Estado, a los partidos políticos, asociaciones de jueces, fiscales, letrados de la Administración de Justicia, procuradores, notarios, registradores, y graduados sociales así como a los sindicatos y a los consumidores el documento “34 Propuestas para un Pacto de Estado por el Futuro de la Justicia”, que ofrecemos íntegro en este número. Se trata de alcanzar ese pacto para lograr una reforma profunda de la Justicia que garantice su independencia y merezca la confianza de los ciudadanos; para disponer de un servicio público moderno, digitalizado, ágil, transparente y de calidad, con los medios suficientes y una organización general y territorial eficiente; para que la tutela judicial efectiva de los derechos de los ciudadanos no tenga agujeros negros ni recortes; para fortalecer la credibilidad de los órganos jurisdiccionales y el nombramiento de cargos y puestos de responsabilidad; para que la Justicia Gratuita no esté al albur de unos o de otros sino al servicio de los más vulnerables y que los abogados que la prestan reciban el trato que merecen; para fomentar la cultura del acuerdo; para mejorar el acceso a la Abogacía y la especialización; para garantizar el derecho constitucional a la defensa, con una Ley Orgánica que venimos reclamando desde la Abogacía y que ya todos admiten como ineludible. Hay muchas más cosas en el Documento, y todas son importantes. Ahora lo que toca es abrir la mesa de negociación, debatir toda la reforma, lograr los mayores acuerdos y ponerlos en práctica. Lo que no se haga en el primer año del nuevo Gobierno, será difícil de llevar a la práctica porque, enseguida, los partidos políticos estarán pensando en las próximas elecciones. Es una oportunidad única y es tiempo para el compromiso. El de la Abogacía está firmado desde hace mucho. Que 2017 sea tiempo de pactos que permitan alcanzar los resultados deseados, de buenas noticias para la Justicia española, tan necesitada de esperanza y de realidades. Por nosotros no quedará. l Diciembre 2016 _ Abogacía Española _ 3