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Felipe Alcalá-Santaella Llorens 

El careo entre los dos testigos se convirtió en la principal prueba de la acusación. Había que reparar el daño rápido, actuar con presteza era imprescindible. Repasó sus opciones y optó por usar el comodín de la llamada, el Juez lo concedió. Era una opción radical pero era la única posibilidad. Marcó el número y el catedrático de Derecho Penal, el célebre abogado de prestigio y Dr. D. Javier Pérez, su guía y mentor desde que le conociera en primero de carrera, le ofreció en dos pinceladas la estrategia a seguir. Siguió su consejo y bordó el informe con sus conlusiones definitivas. La Fiscalía, apurada, intentó sin éxito utilizar el comodín del público pero ya era tarde. Había ganado el caso.

 

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