Imagen de perfilJoven moderna

Ana María Martín González 

Trabajaba en un importante bufete de abogados. Su horario era de madrugada, excepto el jueves que tenía turno partido. Fue ese día cuando le propusieron un nuevo cargo. Trabajaría más horas, pero con un horario flexible. Después de tiras y aflojas aceptó las pretensiones del despacho. Echaría en falta a los seguritas de la mañana, verdaderos cachas con una percha que ya quisieran para si alguno de los esmirriados aspirantes a modelos.
Se acercaba su hora de salida. Con dos brochazos de polvos de sol quedó deslumbrante, morena. Se calzó los tacones y con aire desenfadado salió del edificio. Aun tenía tiempo antes de llegar a la facultad de Derecho. Atrás quedaban la fregona y el paño del polvo.

 

+5

 

Queremos saber tu opinión