Imagen de perfilTriste déjà vu

sebastian barranco ledo 

El agente, emocionado, inicia su discurso. Es su último día de servicio, tras toda una vida en la policía judicial. Saluda agradecido, intercala chistes sobre el joven e inexperto sustituto al que más que instruir, ha tenido que adoptar, y propone un brindis.

Le interrumpe una llamada de emergencias: crimen en un despacho de abogados en Usera. Acudir de inmediato para iniciar diligencias.

En el lugar de los hechos, la panorámica es terrible. Le invade una extraña sensación. Como si hubiese estado allí antes. Como contemplar un eclipse sangriento, repetirse cada 39 años.

Su memoria conserva esa sensación, asociada a un documento gráfico en blanco y negro. Nada más.

Horas después, cuando el juez procede al levantamiento, se le aclaran los recuerdos. Él era el joven e inexperto sustituto que acudió en su primer día de servicio, allá por enero de 1977, al despacho de abogados en la calle Atocha.

 

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