Imagen de perfilEl primer Aranzadi

José Manuel Pérez Pardo de Vera 

“A mi señor Urukagina:

Indecible fue el júbilo de este Letrado Mayor del reino cuando Su Excelencia iluminó su vejez encomendándole tan honorable encargo. Ante él, he procurado adoptar la más estricta humildad, consciente de que tan singular distinción no obedeció a mi persona, sin duda aventajada por quienes en la corte son ya capaces hasta de predecir el próximo eclipse.

Bien sé que obedeció a la materia que una visión panorámica de su reinado siempre arrojará como constante centro de sus desvelos: hurtar a las veleidades de los poderosos un imperecedero cuerpo de leyes que, por su íntima conexión con la libertad y la justicia, merecían eludir la fragilidad de la memoria.

A tal propósito sirvan estas tablas de arcilla y el gráfico que les acompaña como índice.”

Emocionado, el locutor detuvo su lectura. Cuatro mil años después, estaba presentando al autor del primer repertorio legal de la humanidad.

 

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