Imagen de perfilUN TALENTO INNATO

Antonio Presencia Crespo 

Ni lo elegí, ni lo busqué. Tenía esa capacidad desde niño y puse empeño en fomentarla, nada más.
Al principio la gente me contaba sus cosas. Yo no podía evitar mirarles con atención, y de repente, ocurría. Pronto se convirtió en un hábito. Mis padres y vecinos me decían a menudo: ¡Cuánto ayudas!
Fui creciendo y seguía viniendo gente a verme: amigos, personas ancianas e incluso niños. Me hice cooperante mientras estudiaba Derecho. En los campos de refugiados la gente me contaba sus sufrimientos en el mar, las ilusiones que se quedaron en las alambradas. Entonces, sin darme cuenta, ocurría. Me salía natural.
Ahora soy abogado. Sigue pasando. Las personas vienen a mi despacho, me cuentan sus problemas. De primeras simplemente les oigo, pero luego, les miro más detenidamente, me acerco a ellos, pongo un poco de atención, y de pronto, ocurre; sin saber cómo… escucho con toda el alma.

 

+13

 

Queremos saber tu opinión

6 comentarios