Imagen de perfilIN MEMORIAM

Manuel de la Peña Garrido 

«Un abogado siempre antepone el derecho de defensa a cualquier prejuicio», balbuceó su agonizante padre, treinta años antes.

 

Cabizbajo, sudoroso, franquea el control del Campo mostrando su credencial de letrado de la ONG. Hacinados junto a la alambrada, otros refugiados lo ven pasar. Desesperados. Han arribado a las mismas costas, han sobrevivido al mismo mar mortífero, han huido del terror guiados por su mismo afán.

 

«Lucha por la justicia, que no te venza nunca la venganza», escuchó también de aquella exánime boca.

 

Estrecha mecánicamente la temblorosa mano del demandante de asilo

 

«Soy su abogado de oficio. Pronto tendrá los papeles en regla», dice en su lengua vernácula al anciano, aquel juez que, treinta años antes, dictando su arbitraria condena, mató a su padre. El traidor que empujó a su familia al destierro. Víctima de otras bestias, más atroces si cabe.

 

 

+28

 

Queremos saber tu opinión

4 comentarios