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Margarita del Brezo 

Acreditadas investigaciones demuestran que un alto porcentaje de jóvenes eligen sus estudios mediatizados por las series del momento. No es de extrañar, pues, la pandemia de médicos y abogados que abarrotan actualmente nuestras calles en busca de empleo. Pero lo suyo, lejos de ser vocacional, no es más que una mera mutación en el ADN producida por la repetida exposición a los rayos catódicos emitidos desde las entrañas del televisor. Esto es intolerable para el prestigio de una profesión como la nuestra que siempre se ha caracterizado por su afán de servicio a la sociedad.
En aras de solventar estos problemas, y los que acarrearán las próximas generaciones, que, permítame la expresión, Señoría, pintan fatal, solicito darles un buen meneo a las cadenas y condenarlas a sustituir sus series, y muy especialmente las de vampiros, lobeznos y mutantes, por Verano azul y La casa de la pradera.

 

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