Imagen de perfilMI TERAPIA

Víctor Río Herrero 

Mi psicoanalista es rubia, muy guapa; y no renuncia a resaltar sus otros muchos atributos femeninos. No lo hace con la intención de ligar, sino por puro orgullo de mujer. Comencé a acudir a su consulta hace ya tres años. Al principio experimenté una gran mejoría, pero, a partir del día que se enteró de que soy abogado… En cuanto me siento en su cómodo diván, me prescribe, como relajante genérico, un paseo en mi imaginación por verdes campos de trigo en un día soleado; y, cuando intuye que he entrado en trance, me susurra: ¿te importa responder a algunas preguntas? Sin control de mi voluntad, me sale un gesto de asentimiento. A partir de entonces, como en un sueño, dedico mi hora a resolver sus dudas sobre cuestiones de herencia, divorcio… Lo preocupante es que cada semana necesito volver. ¿Me está utilizando…, o habrá acertado con la terapia?

 

+10

 

Queremos saber tu opinión