Imagen de perfilLA JUSTICIA DEL FUTURO

Laura Gómez Hernández 

Después de tantos años, no podía creer lo nerviosa que estaba ante mi discurso final. El cambio de las normas procesales y la era digital habían revolucionado el sistema y, ahora, en 2050 a punto de jubilarme, me sentía una novata. Un altavoz gris presidía la pared de la sala y, cada media hora, sonaba una melodía que indicaba el comienzo del siguiente juicio. Enderecé mi espalda, apoyé mis codos y, mientras miraba de reojo el sumario en la mesa del juez, tomé aire para comenzar. Sin embargo, el Juez, con expresión molesta, me interrumpió: “¿Qué está haciendo, Letrada? Debe seguir las normas”-dijo mientras señalaba la baraja que tenía en su mano – “Acérquense letrados, como siempre, el que saque la carta más alta, comienza su alegato”. Me desperté de sobresalto sobre la mesa del despacho. Sonreí. Ya tenía titular para mi próximo libro: ¿Hacia dónde va nuestro sistema judicial?

 

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