Imagen de perfilNiños robados

Elba A. Cabo Álvarez 

En mi nacimiento borraron todos los rastros de mi pasado. Me dijeron que cada día de la vida sería una hoja en blanco. Y en mi caso, así ha sido. Comencé a caminar en otra ciudad, con otra familia, como si quisieran arrancarme las raíces de mi destino. ¿Puede haber mayor traición que quebrar la memoria de una persona?

No supe que contestarle. Era una mujer elegante que arrastraba una tristeza profunda. Me despedí de ella con la promesa de que haría todo lo que estuviera en mi mano.
En la intimidad de mi despacho, abrí un expediente. Introduje los certificados antiguos que contaban la historia de un país.
Recordé los años de universidad. El esfuerzo en los días azules de verano. Reconocí la sensación que me había llevado a estudiar Derecho…. Y volví a repetir la promesa en voz alta, como si firmara un contrato conmigo mismo.

 

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