09 abril 2018

La UIA analiza en Fez la evolución del oficio de abogado

La Unión Internacional de Abogados (UIA), en colaboración con el Colegio de Abogados de Fez y la Asociación de Colegios de Marruecos, organizó los días 6 y 7 de abril de 2018 un seminario titulado ‘Les evolutions des metiers de l´avocat’. Sergio Herrero, decano del Colegio de Abogados de Gijón, fue el representante del Consejo General de la Abogacía Española.

El seminario contó con unos 300 participantes y sus sesiones se desarrollaron, de forma indistinta, en idiomas árabe y francés, con traducción simultánea en cada caso a la otra lengua.

SESIÓN DEL VIERNES 6 DE ABRIL

En la sesión de la mañana del viernes 6 de abril intervinieron Abderrafi Erouihane, L´Hassan Kassem, Mohamed Benalilou, Abdelkader Azergui y Tarik Zouhair, de Marruecos, Issouf Baadhio, de Burkina Faso, Emmanuel Pierrat, Thierry Wickers, Hervé Chemouli, Olivier Saumon y Guillaume Deroubaix, de Francia, y Aldo Bulgarelli, de Italia.

En las intervenciones se puso de relieve la rápida e inevitable transformación, o, más bien, ampliación de las actividades que venían constituyendo, de forma casi exclusiva, la labor de los abogados. Se abordó también la globalización del mercado de servicios jurídicos y la correlativa  interrelación entre los bufetes locales y los despachos internacionales, el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito jurídico, incluida la incipiente aplicación de algunas modalidades de la inteligencia artificial, la posibilidad de facilitar formación e información jurídica a distancia de forma sencilla y efectiva mediante internet, así como la transformación que supone la falta de necesidad de contacto directo y personal del abogado con el órgano judicial merced a los medios telemáticos de comunicación, presentación de escritos y recepción de notificaciones.

Se comentó con algún detalle la existencia de programas de justicia predictiva que pretenden ofrecer conclusiones sobre el resultado previsible de un litigio judicial tras contar con datos de calidad, y en número suficiente, de resoluciones judiciales anteriores. También se hizo referencia a los programas de examen automatizado capaces de revisar el contenido de gran número de documentos, como, por ejemplo, borradores o propuestas de contratos, en muy poco tiempo.

Varios de los ponentes coincidieron en enfatizar la importancia de mantener la deontología propia de la abogacía en todas las formas de actuación, introduciendo la regulación precisa respecto al uso de las nuevas tecnologías, especialmente para asegurar el cumplimiento del deber de secreto profesional. También fue destacada la necesidad de continuar fundando la relación profesional con el cliente en la confianza mutua.

Hubo referencias detalladas a nuevas áreas de intervención posible de la abogacía en funciones relacionadas con la  diversos ámbitos en los que la formación y perspectiva jurídicas son de gran  importancia aunque la labor profesional a desarrollar no sea exclusivamente de tipo jurídico: protección de datos personales, diseño y control del desarrollo efectivo de programas de cumplimiento normativo (compliance) en empresas,  ejercicio de la actividad de lobby ante órganos parlamentarios y poderes públicos, gestión, negociación y representación en el mundo del deporte profesional, ejercicio de funciones tutelares sobre personas necesitadas de protección jurídica de su persona y patrimonio, y arbitraje en todo tipo de actividades, no ya solo en el ámbito tradicional comercial.

Se mantuvo la idea de que, frente a los riesgos para la profesión que suponen algunas aplicaciones y programas informáticos, la mejor defensa de la abogacía es la calidad creativa de nuestro trabajo, buscando la excelencia. El conocimiento exhaustivo de una recopilación inmensa de datos jurisprudenciales por un programa no permite modificar esa jurisprudencia aportando líneas de argumentación nuevas, que es lo que sí podemos hacer los abogados. Sin perjuicio de esa consideración, se insistió en la necesidad de ampliar los conocimientos en materia tecnológica de todos los abogados y de adquirir nuevas competencias profesionales. Como un ejemplo concreto de incorporación de avances tecnológicos en la actuación del abogado, susceptible de aportar importante valor añadido, se mencionó el uso del blockchain como forma de crear documentos elaborados por abogados con garantía de seguridad, integridad e inalterabilidad de su contenido y la consecuente repercusión probatoria del documento.

En la sesión de tarde del viernes 6 de abril, el tema central fue el análisis de los nuevos peligros para la profesión de abogado que suponen, por una parte, las tendencias desreguladoras y, por otra, la normativa relativa a la luchas contra el blanqueo de capitales y contra el fraude fiscal, con intervenciones a cargo de Michel Benichou, Jean-Jacques Uettwiller e Ismail Benaissi, de Francia, Pascal Maurer, de Suiza, Abdelmadjid Sellini, de Argelia, y Chawki Tabib, de Túnez. El contenido esencial de los riesgos denunciados coincide con el que es objeto de preocupación actualmente por la abogacía española y europea.

SESIÓN DEL SÁBADO 7 DE ABRIL

La sesión final de la mañana del sábado 7 de abril tuvo como núcleo el examen de los cambios que se han ido produciendo en la normativa reguladora del ejercicio de la abogacía,  en paralelo y como consecuencia de la evolución del propio contenido de la actividad profesional, con la participación como expositores, además de varios de los ponentes de la jornada anterior, de Mohammed Boumlik y Hassan Kettani, de Marruecos, Christiane Feral-Schuhl, de Francia, y Ahmed Benantar, de Argelia.

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