03 enero 2017

En recuerdo de Gloria Begué

Muchas veces las personas de valía tienen que esperar a morirse para que les reconozcamos. En ocasiones, ni eso.  La semana pasada falleció Gloria Begué Cantón (León, 1931), una de las mujeres que rompió el techo de cristal que, en casi todas las disciplinas, desde luego todavía en la Justicia, discrimina a las mujeres respecto de los hombres. Esta ilustre jurista, pionera en casi todo lo que hizo, nos enseñó muchas cosas. Estudió simultáneamente Derecho y Ciencias Económicas cuando todavía eran pocas las mujeres en la Universidad. Se doctoró en Derecho en Madrid y en Ciencias Económicas en Chicago.  Fue la primera mujer catedrática en una Facultad de Derecho y la cuarta de todas las Facultades de España. En 1969 fue la primera decana de la Universidad Española, en la Universidad de Salamanca, y dimitió en el 72 por discrepancias con la política del Ministerio.

Senadora por designación real en el 77 y miembro de las Cortes Constituyentes, en 1980, a propuesta de UCD y con el apoyo del PSOE, fue nombrada magistrada del Tribunal Constitucional, la primera mujer, y en el 86 también sería la primera mujer en ser elegida vicepresidenta de este órgano. En febrero del 89, al cumplir el período máximo de nueve años en el TC, volvió a la Universidad de Salamanca en la que ejerció como catedrática y directora del Departamento de Economía Aplicada hasta que se jubiló en 2001.

Si los años 60 fueron difíciles para las mujeres, los 80 en el Tribunal Constitucional fueron turbulentos. A lo largo de toda su trayectoria, Gloria Begué mantuvo siempre su independencia de criterio, su inteligencia, su solidez profesional y su capacidad  de trabajo en una época en la que se estaba cimentando el Estado de Derecho del que gozamos hoy.

Desde aquí mi reconocimiento, mi respeto y mi admiración por su figura como persona, como magistrada y como profesora.

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