13 junio 2016

Defender los Derechos de los Animales: una realidad necesaria, creciente e imparable

Magda Oranich i Solagran. Presidenta de la Comisión de Protección de los Derechos de los Animales del Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB)

Con mucha ilusión y desde la Comissió de Protecció dels Drets del Animals del Col·legi d’Advocats de Barcelona, iniciamos nuestra participación en este blog sobre Derechos de los Animales del Consejo de la Abogacía. Es un honor para nosotros participar en este medio de comunicación junto a tantas otras compañeras y compañeros de diversos Colegios del Estado.

12671780_1518903095081605_1877559993790297009_oCuando hace casi quince años empezamos los trabajos y peticiones para constituir nuestra comisión (que se materializó hace catorce años) no imaginábamos la situación actual ni los grandes avances que poco a poco se han ido produciendo tanto a nivel legal como social. Se han modificado las leyes, se han creado múltiples comisiones en diversos Colegios y la prensa trata habitualmente el tema. La introducción en el Código Penal del maltrato animal como delito ha sido un factor importantísimo. La cuestión del bienestar animal ha pasado de ser tema de unos pocos a ser “políticamente correcto”. Aparece en los programas electorales, los Ayuntamientos dictan ordenanzas municipales, etc., etc. Cada día se publican noticias y, aunque algunas de ellas aún son tristes y crueles, lo cierto es que muchas se refieren a avances legislativos importantes no solo en nuestro país sino a nivel internacional.

Nosotros como juristas y abogados que somos hemos podido comprobar que el tema ha irrumpido también en nuestro trabajo profesional. Tanto desde la jurisdicción civil, matrimonial, como penal, los problemas se plantean muy a menudo. Como muy bien decía el editorial que iniciaba este nuestro blog: “Independientemente de que se comparta o no esta sensibilidad, resulta obvio  que es una realidad imparable y en auge. Los animales forman parte de nuestra vida y están cada vez más presentes en la rutina diaria”.

En resumen los que queremos a los animales hemos “salido del armario” y hemos podido comprobar que no estamos solos. Cierto que durante algún tiempo sentimos que sí lo estábamos. Pero a decir verdad desde el inicio tuvimos el apoyo de nuestro Colegio, de diversas administraciones, de muchos compañeros y muy especialmente de una parte muy importante de la sociedad.

Desde entonces ha irrumpido el tema con fuerza en nuestra sociedad. Aunque aún parte de la legislación sigue considerando a los animales como “cosas” la sociedad ya no los ve así; y tanto el Tratado de Lisboa, como el Codi Civil de Catalunya y otras legislaciones tanto autonómicas como municipales consideran a los animales como “seres sensibles”. Que los animales merecen respeto y consideración no es solo una idea ética y filosófica ampliamente aceptada sino también difundida científicamente desde Darwin. Hay numerosos científicos que defienden esta tesis, tanto en los campos de la neurociencia, la biología evolutiva o la etología y todos los avances científicos existentes han llegado a la conclusión que los animales experimentan dolor físico y psicológico, emociones y sentimientos.

También hay que considerar las relaciones que muchos humanos tenemos con nuestros animales. Así, los tribunales han empezado a tener en cuenta el daño que nos produce no solo el sufrimiento animal y ya existen sentencias que no solo indemnizan el daño material que haya podido sufrir el propietario de un animal, sino que conceden indemnizaciones por el daño moral causado. Como una de las primeras en este tema destacamos la sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº 32 de Barcelona dictada por el magistrado Guillermo Arias Boo en el año 2007. En uno de sus magníficos fundamentos de Derecho dice textualmente:

“Es evidente, por lo demás, que el daño que sufren las personas que pierden a un ser querido va mucho mas allá  de la pérdida patrimonial que pueda representar para ellos. En realidad, no tiene precio. Ya decía Walt Disney, al principio de ‘La Dama y el Vagabundo’, que si hay una cosa que nadie ha podido comprar por dinero es el movimiento de cola de un perro. Así no hay dinero  para compensar a la demandante, a su marido, y a sus hijos por la pérdida que han tenido. Pero eso no ha de servir como pretexto para dejar de reconocer, aunque sea de modo simbólico, por medio de una indemnización pecuniaria, por insuficiente que sea, que hay una persona que debe responder ante ellos, según la Ley civil, del mal moral que han tenido que padecer”.

Efectivamente es así y leer párrafos como estos en una sentencia me enternece profundamente y admiro al magistrado que las redacta.

En definitiva la violencia y el maltrato hacia los animales es absolutamente intolerable en la sociedad actual. Además, existen numerosos estudios que prueban que la violencia hacia los animales provoca violencia hacia los humanos. Lo podemos comprobar en muchos casos y muy especialmente en relación a la violencia hacia los niños y en la violencia de género. En futuros escritos en este blog trataremos en profundidad estos temas.

Ya dijo Paul MacCarthy en relación a los animales: “ellos no tienen abogados, nosotros somos sus abogados”. En nuestro caso lo somos profesionalmente y, por tanto, además de sus defensores éticos también lo somos jurídicos.

Por todo ello, bienvenido sea este blog -gracias a sus impulsores por su entusiasmo y tenacidad- que nos permitirá conocernos, y en definitiva unirnos para intentar hacer un poco mejor este mundo para todos sus habitantes, tanto humanos como animales.

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