04 abril 2016

El valor de las TIC: construir o destruir

“Obra siempre de modo que tu conducta pudiera servir de principio a una legislación universal.” – Immanuel Kant-

En los últimos tiempos, con la aparición de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), hemos desarrollado una globalización gracias a estas en diferentes ámbitos, entre ellos el privado. Las TIC han pasado a formar parte de nuestras vidas como algo habitual, desde nuestros negocios hasta nuestra educación pasando de manera transversal por nuestro ámbito personal.

Las TIC no son sólo un mero instrumento para obtener información, la cual gracias a ellas tenemos a nuestro alcance, sino una facilidad para estar en contacto con el resto del mundo, acercarnos información en una esfera global, pero a su vez un arma para amplificar nuestro mensaje. Pero ¿cuál es el valor que queremos darle? ¿Queremos que sea constructivo o destructivo?

Como seres humanos tenemos el deber de saber valorar la oportunidad que nos brinda una herramienta como las TIC, la oportunidad de unirnos globalmente para hacer de este mundo un mundo MEJOR. Saber disfrutar de un mundo virtual sin perder de vista el mundo real. Dos mundos paralelos, donde las distancias largas se acortan, la soledad se hace más llevadera o la amistad se mantiene viva a lo largo de nuestras vidas sin importar en qué lugar del mundo se encuentra. Un lugar donde la privacidad puede convivir con el respeto y la libertad de expresión con nuestra ética.

Autores como Lessig en su libro el Código versión 2.0, ya nos advirtieron de la facilidad con la que a veces los individuos traspasan ese límite entre el mundo real y el virtual. Es este mundo virtual el lugar al que acude aquel individuo que cree que tras el anonimato puede realizar acciones ilícitas con total impunidad. Insultos y amenazas vía twitter, robo de identidades o videos de vejaciones a personas colgados en las redes sociales, se han convertido en el pan nuestro de cada día. En estos casos debemos actuar reforzando los valores de una sociedad que con el paso del tiempo se han ido perdiendo, como es el respeto a la libertad de expresión, al honor y a la privacidad de todo individuo.

La injerencia de las nuevas tecnologías en la realización de actos ilícitos se ha visto aumentada en los últimos tiempos, tanto que hasta series tan famosas como CSI han creado la versión CSI: Cyber para todo aquello relacionado con delitos en las TIC. Pero en este artículo no hemos venido a hablar sobre tipos de delitos, sino sobre el valor que debemos dar en respuesta de estos a través de las TIC.

Esqueleto con tablet y móvilCuántas veces nos hemos preguntado en el ámbito de las redes sociales, ¿por qué miramos esto si no nos hace felices? O un amigo nuestro nos ha dicho: ¿Por favor deja de mirar cosas negativas, que también hay positivas? Y lo mejor es que tienen razón.  Al igual que en el mundo real, el reflejo de éste en el mundo virtual lo hemos de utilizar para educar y concienciar a esta sociedad, a veces falta de valores, de un uso constructivo de las TIC

Cuántas veces hemos oído hablar del efecto Streisand, efecto que se da a una noticia que en principio debía pasar desapercibida pero que finalmente se veía amplificada por causas diversas como el intento de censura u ocultamiento de una información. ¿Es posible conseguir de éste un efecto constructivo y no destructivo? En mi humilde opinión sí.

Las redes sociales se han convertido en la actualidad en un altavoz para todo tipo de injusticias, y eso es realmente a mi entender muy positivo. Pero en mi opinión, debemos recapacitar si lo hacemos de una manera que suma y no que resta. Me explico, muchas veces amplificamos una serie de conductas contrarias a lo que podríamos denominar sentido común o dignidad humana. Muchas veces sin darnos cuenta, vemos una noticia que nos indigna, y lo primero que hacemos es retwittear, postear en Facebook, o en otras redes sociales ¿verdad?; es en estos casos cuando, a la vez que denunciamos, nuestro acto produce un doble efecto: el de dar voz a la víctima, pero también el de dar publicidad gratuita e innecesaria al agresor.

¿Cómo debemos actuar en estos casos? Un ejemplo que me encantó fue la respuesta que dio un presentador de la televisión australiana ante el revuelo que provocó la entrada al país hace un par de meses de un sujeto que enaltecía actos contra la dignidad de la mujer. La respuesta fue muy sencilla, ésta. Dejemos de dar publicidad gratuita a este tipo de sujetos y, a su vez, todos aquellos que estemos indignados con este tipo de conductas, en vez de retwittear, publiquemos un post y demos publicidad de alguien que haya hecho algo bueno para la humanidad.  Pero este caso no es el único. Otro ejemplo fue el caso de una chica que sufría bullying y, ante el insulto de “Fat Whale” (ballena gorda en inglés), ella le dio la vuelta y creó la iniciativa “Save the Whales” para salvar a las ballenas. En mi opinión dos simples ejemplos, pero no únicos, con grandes respuestas. Respuestas que suman, respuestas constructivas.

Es nuestro deber como individuos establecer cuál es el valor que queremos otorgar a nuestras ideas. Nuestra misión como seres humanos debe ser educar a esta sociedad en un modelo constructivo y no destructivo. Es la hora de elegir, SUMAR o RESTAR. Es la hora de ACTUAR. Y tú, ¿qué eliges?

Àngela Lleixà Alsina

Abogada Multidisciplinar especializada en: TIC, Empresa, Parlamentario e Internacional.

@ngelalleixa

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