28 marzo 2016

La Justicia también cura

La Real Academia de la Lengua Española, en una de sus acepciones, define “Congreso” como “Conferencia generalmente periódica en que los miembros de una asociación, cuerpo, organismo, profesión, etc., se reúnen para debatir cuestiones previamente fijadas”. Por lo general los congresos consisten en la exposición y debate de ponencias, con la asistencia de personas con un alto nivel profesional e intereses comunes, ofreciendo presentaciones de innovaciones o descubrimientos en determinadas materias, dinámica imprescindible para avanzar y adaptarse a una sociedad siempre cambiante.

La abogacía tradicionalmente ha sido un sector proclive a la exposición, puesta en común de conocimientos y evolutiva social y jurisprudencial de aspectos de diversa índole pero de trascendencia eminentemente jurídica, de cuyos encuentros, al margen de su vertiente formativa, se gestan iniciativas de creación y/o modificación legislativas resultado de la aportación de la experiencia y la noción que nos otorga la privilegiada perspectiva de los letrados, en nuestra calidad de agentes activos en la primera línea judicial.

A medida que el derecho ha ido generando especialidades el abanico de materias susceptibles de ser tratados de este modo se ha multiplicado.

Sin embargo hay congresos que más nos gustaría no tener que celebrar, aunque estaremos de acuerdo que devienen necesarios. Mucho nos gratificaría no tener que conocer de la existencia de congresos médicos que abordan enfermedades letales, pero es gracias a ellos y al laborioso trabajo de los investigadores y otros operadores médicos como se han logrado erradicar, o al menos marginar a la insignificancia, patologías que apenas unos decenios antes eran incurables.

Tampoco nos gusta la idea de celebrar congresos sobre violencia, pero también devienen necesarios.

La violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, es una conducta humana que a lo sumo debería ser un concepto residual, cuando no desterrada en un mundo perfecto. Pero cuando dicha violencia se ejerce como manifestación de la desigualdad que históricamente ha marcado las relaciones de poder entre mujeres y hombres, cuando esta violencia viene sustentada por la discriminación y los estereotipos de género, nos damos cuenta de que estamos ante un vicio estructural, de base, que requiere una respuesta social contundente.

España es un país que está a la cabeza de Europa en lo que se refiere al combate contra la violencia de género y aunque sus administraciones, empezando por los dirigentes políticos, no se han comprometido lo suficiente para sentar unas bases sólidas para reparar el mencionado vicio estructural, sí es verdad que otras instituciones y movimientos van tirando del carro de la lucha a favor de la igualdad.

Entre estos movimientos está la Abogacía institucional que, tanto de forma directa como en colaboración con otras entidades, se muestra incansable en esta labor, muy consciente del papel fundamental que desempeñan los abogados, no sólo en lo que concierne a la defensa de los intereses de la mujer maltratada en el procedimiento judicial correspondiente y todo lo que comporta esa situación, sino también en su labor de transformar la sociedad en general.

Por dos días, Sabadell (Barcelona) se erigirá como punto de encuentro de profesionales que de uno u otro modo trabajan activamente contra la violencia doméstica y de género y les permitirá una actualización de sus conocimientos, identificar y diagnosticar la causa de los problemas y debatir acerca de ellos para su fagocitación, tanto desde la vertiente formativa como desde la sensibilización, aspectos ambos imprescindibles para una efectiva lucha contra esta lacra que nos azota.

Efectivamente, los próximos días 12 y 13 de mayo de 2016, la Fira de Sabadell, albergará el I Congreso sobre Violencia Doméstica y de Género, coorganizado por la Subcomisión de Violencia sobre la Mujer del Consejo General de la Abogacía Española y el Colegio de Abogados de Sabadell. Desde la comisión hemos elaborado minuciosamente un programa que esperamos resulte atractivo y práctico pues creemos firmemente que este congreso será una magnífica oportunidad para que todos los que desarrollamos nuestra actividad profesional, en diferentes lugares del territorio nacional español, podamos intercambiar ideas y experiencias que refuercen nuestro trabajo.

LA JUSTICIA TAMBIÉN CURA

Así es como hemos querido iniciar el discurso del próximo Congreso de Violencia Doméstica y de Género que se celebrará en Sabadell los próximos días 12 y 13 de mayo, sabiendo el papel fundamental que desempeña nuestra profesión en esa triste realidad.

Por ello os invito y recomiendo que asistáis a dicho Congreso y así poner todos nosotros un grano de arena para combatir esta lacra que es la violencia en el ámbito familiar y que continuemos contribuyendo a que nuestro trabajo tenga también un poco de “cura”.

 

José Miguel García Gallego, vocal de la Subcomisión de Violencia de Género del Consejo General de la Abogacía Española

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