13 octubre 2015

¿Por qué una mujer valiente tiene que vivir con miedo?

Queremos compartir este comentario que nos ha llegado al blog porque nos conmueve y nos identifica a tantos abogados y abogadas que hemos sentido la misma angustia que describe la autora y reconocido la valentía y determinación de muchas de las mujeres que defendemos diariamente.

Buenos días:

Mi nombre es Raquel y soy agente de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Desde hace bastante tiempo, sigo su web y especialmente el blog de la Subcomisión de Violencia sobre la Mujer.

En días como hoy, cuando leo las noticias, me siento vulnerable, me acerco a las noticias con miedo, rezando – y no soy creyente- , porque ninguna de las tres mujeres asesinadas por su pareja o expareja fuera Isabel, la mujer que atendí ayer. Y cuando leo las noticias, no encuentro consuelo. Todo lo contrario, me da rabia porque no se hace lo suficiente por evitar el asesinato de estas mujeres.

Hoy he hablado con Isabel. Isabel tiene más de 25 años y vive en las islas. Está estudiando en la Universidad y buscando un empleo. Además, colabora con una organización en un banco de alimentos.

Su voz trasmite energía, ganas de superarse, de avanzar, de dejar atrás los obstáculos. Y, como ella me ha dicho, utiliza el lenguaje como forma de empoderarse. Pero especialmente hoy su tono de voz cambia súbitamente. Hoy necesita empoderarse porque hoy él sale de la cárcel. Por cuarta vez.

Isabel es una superviviente de la violencia de género. Tiene una orden de alejamiento. Pero sigue viviendo con miedo. Se sienta en la parte trasera del bus, mira hacia todos los lados y hoy tiene más miedo.

Le digo que es muy valiente y que siga adelante con su vida y ella me devuelve su realidad: ¿cómo? No tiene empleo, no tiene forma de marcharse. Y cuando le contesto que, efectivamente, marcharse puede ser una solución para terminar con una situación traumática me contesta que la situación no termina nunca, que va con ella. Se agolpan los recuerdos, los miedos, las cartas enviadas, las respuestas de las Administraciones Públicas, las citaciones judiciales…etc. Y, ¿por qué se tiene que ir ella?

Me dice que pocas veces habla de su situación porque es un tema personal y no quiere molestar a nadie. ¿Un tema personal? Me siento avergonzada. Es un problema social, que afecta a los cimientos de nuestra sociedad democrática, a los principios que salvaguarda la Constitución. No hay libertad sin seguridad, no hay derechos sin seguridad.

Y hoy, sale. Y ella se repite que está empoderada.

Mañana va a clase, mañana asiste a primeros auxilios.

Y me da las gracias por escucharla y, a mí, me tiembla la voz.

Hoy han sido asesinadas tres mujeres. En 2015, ya son 33 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. ¡¡¡BASTA YA!!!

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