27 julio 2015

Cuatro ganadores del concurso de microrrelatos sobre abogados reciben sus diplomas

Fernando Vizcaíno de Sas, Cristina Jover Acosta, Pilar Blázquez Gómez y Ignacio Alcalá Rosales han recibido el diploma que les acredita como ganadores del concurso de microrrelatos sobre abogados organizado por el Consejo General de la Abogacía Española y la Mutualidad de la Abogacía, correspondiente a los meses de enero, febrero, marzo y junio, respectivamente.

Los participantes en el concurso deben escribir un relato sobre abogados de 150 palabras como máximo, de las cuales cinco son obligatorias y van cambiando cada mes.

Fernando Vizcaíno y Pilar Blázquez han recibido el premio en la sede del la Abogacía de manos del secretario general técnico del Consejo General de la Abogacía Española, Antonio Ruiz-Giménez, mientras a Ignacio Alcalá se lo ha entregado en Córdoba el decano del Colegio de Abogados, José Luis Garrido, y Cristina Jover ha recibido el galardón de manos del decano del Colegio de Abogados de Murcia, Francisco Jesús Martínez-Escribano.

PILAR BLAZQUEZ Y FERNANDO VIZCAINO (6)Microrrelatos Córdoba
Microrrelatos Murcia

Fernando Vizcaíno de Sas, socio- director de Laboral del despacho Jiménez de Parga, de Madrid, fue el primer ganador de la VII edición del concurso. Supo de su existencia a través de un amigo, el ganador del III Premio Abogados de Novela, Borja Martínez-Echevarría.

Su relato,  “Juicio Final”, surgió porque el pasado 27 de enero el autor cumplió 34 años de ejercicio profesional y pensó que pronto tendría edad para, al igual que el abogado protagonista de su historia, poder sufrir un percance en un juicio mientras debate con un fiscal.

Tardó pocos minutos en escribirlo ya que las palabras obligatorias de ese mes – calendario, fenómeno, fiscal, asilo, breve- le sugirieron enseguida la historia. “Ya puedo presumir de mi galardón ante mis hijos y nietos”, asegura.

PILAR BLAZQUEZ Y FERNANDO VIZCAINO (1)¿El FIN DE LA LENTITUD DE LA JUSTICIA?

“Justitienda”, un relato escrito por Pilar Blázquez Gómez, sobre un original set que solucionaría la lentitud de la justicia, fue el ganador del mes de marzo. Al contrario que Fernando, que ganó al primer intento, Pilar lleva participando en el concurso cuatro años y ya se alzó con un galardón mensual en la VI edición. Es periodista y documentalista y trabaja en el Museo Arqueológico.

La idea de “Justitienda” le surgió porque al leer el relato que ganó la pasada edición anual, y que hablaba sobre el colapso en la Justicia, “Vía crucis judicial”, soñó con que en la teletienda se pudiera vender un equipo completo del sistema judicial para que la Justicia funcione correctamente y con total agilidad, según revela la autora de esta divertida historia. Aunque reconoce que tenía tres ideas cuando comenzó el relato, finalmente se decantó de forma espontánea por la más cómica.

Pilar compagina su participación en el concurso de microrrelatos sobre abogados con un taller literario sobre cuentos, del que también han editado un libro y ya se ha atrevido a mandar su primer cortometraje a certámenes cinematográficos.

VIVIR LOS PROBLEMAS CIUDADANOS

Por su parte, Ignacio Alcalá Rosales, funcionario de Justicia en el Juzgado de Primera Instancia de Baena, Córdoba, ha recibido esta mañana de manos del decano del Colegio de Abogados de Córdoba, José Luis Garrido, el premio del mes de junio de la VII edición del Concurso de Microrrelatos de Abogados, por su relato “Recopilando”.

Ignacio lleva participando en el concurso desde el pasado mes de septiembre y en la pasada edición fue seleccionado en una ocasión. El autor, quien ha agradecido el premio al Consejo General de la Abogacía Española y a la Mutualidad, ha confesado que en su relato, de tan solo ciento cincuenta palabras, “hay una parte de realidad fundamental que es la forma en la que los profesionales que trabajamos en un juzgado vivimos los problemas de los ciudadanos. Siempre parto de situaciones personales para escribir y por mi trabajo, en la ejecución civil, estoy presente en desahucios y otros temas que afectan directamente a los ciudadanos. Aunque parezca lo contrario, los profesionales los vivimos con mucha pena; es realmente duro”.

LA TOMA DE DECISIONES DIFÍCILES

Cristina Jover, ganadora del mes de febrero, lleva participando en el concurso, aunque de forma interrumpida, desde hace dos años. Para su relato, titulado “Por amor”, se inspiró en el trabajo que desarrolló durante seis años como redactora audiovisual del área de sucesos y tribunales en la Televisión Autonómica de Murcia, tiempo en el que vio “cómo muchas madres se ven obligadas a tomar decisiones difíciles a lo largo de su vida, aunque por el bien de sus hijos”, según sus propias palabras.

Cristina es también licenciada en Derecho, hija y mujer de abogado y compagina su trabajo en la empresa PcComponentes con la labor docente en diferentes asignaturas del Grado de Periodismo en la Facultad de Comunicación y Documentación en la Universidad de Murcia.

Los cuatro autores de los relatos ganadores han recibido además un premio de 500 euros y pasan a la final anual del concurso, junto con los otros 9 relatos finalistas mensuales y los dos que resulten más votados por el público. El ganador obtendrá un premio adicional de 3.000 euros.

RELATOS GANADORES

JUICIO FINAL, de Fernando Vizcaíno de Sas

Palabras obligatorias: Calendario, asilo, fenómeno, fiscal, breve

Un abogado no se jubila nunca. No es cuestión de calendario, ni de años. Hay que sentarse en estrados hasta el final, morir con la toga puesta. Más él que había sido todo un fenómeno del foro.
Iba pensando esto mientras le sacaban en camilla con el corazón infartado después de habérselas tenido tiesas con el fiscal por una cuestión procesal. No había abandonado el asilo para que un joven pazguato le diera lecciones de derecho procesal. Pero su corazón no compartía su entusiasmo.
La verdad es que no le importaba morir en breve. Ya tenía edad para ello y ese minuto magnífico manteniendo el debate con el Ministerio Público le había compensado sobradamente el esfuerzo de preparar y estudiar el tema a su edad.
Y, de repente, pensó que no podía morir. No sin saber el resultado y que le notificaran la sentencia. ¡No iba a perder su último pleito!

POR AMOR, de Cristina Jover Acosta

Palabras obligatorias: decomiso, testimonio, plan, sueño, futuro

Mi testimonio fue clave para condenarle. Casi más decisivo que el decomiso de 50 kilos de hachís que un año antes hizo la Policía Nacional en su propio apartamento. Mi abogado me dejó claro que no estaba obligada a declarar. Sin embargo, no me costó tomar la decisión. Hacía tiempo que los sueños de futuro se habían desvanecido, y, con ellos, los planes que tenía para él. Lejos quedaba esa época en la que me llamaba mamá. Al menos ahora sabría dónde estaba. Quizá sea egoísta, pero hacía años que no dormía tan tranquila.

JUSTITIENDA, de Pilar Blázquez

Palabras obligatorias: Previsión, joven, evidencia, indulto, suspensión

Padecer insomnio porque la previsión del juzgado es fijar juicio dentro de cinco años, puede dejar de ser un problema. Le presentamos el kit “Justicia Mágica”, compuesto por un soberbio sistema judicial que, para uso exclusivo de su bufete, incluye: cinco magistrados resolutivos, edificio totalmente equipado donde instalarlos, personal suficiente, fotocopiadora, fax y tres paquetes de folios. Con él, sus clientes tendrán la evidencia de que, por fin, la justicia funciona bien, y usted, abogado, ya no sufrirá más porque los litigios permanecen estancados. Aproveche la oferta y se sentirá como un joven presidiario al obtener un indulto repentino. Además, las primeras treinta llamadas recibirán gratis este fabuloso mazo electrónico, balanza decorativa y un práctico compendio de leyes en suspensión cautelar. ¡Así que no espere más! Llame ya al número que aparece en pantalla y pida el original set “Justicia Mágica”. Lo recibirá sin gastos de envío ni tasas.

RECOPILANDO, de Ignacio Alcalá

Palabras obligatorias: Radical, sonoro, carrera, expulsión, apelar

Con permiso del tribunal, acostumbraba a quedarse en sala acabados los juicios. Entonces volvía a sentarse unos minutos, la mirada perdida, ausente, con sus dedos deformados por la artrosis tamborileando sobre los estrados. Yo esperaba en la puerta, paciente, sin importunarlo, sin acuciarlo, más por aquella atracción inexplicable que sentía hacia él que por su fama de abogado duro, radical, impenetrable. Lo imaginaba repasando su actuación, escrutando los detalles más nimios. ¿Disfrutaría de su sonoro alegato, que acababa en ocasiones con la expulsión de alguien entre el público?; ¿reconsideraría tal vez la defensa del abogado contrario, al que con frecuencia dejaba sin fundamentos para apelar? Un día le pregunté: “Recojo las esquirlas”, dijo. La perplejidad en mi rostro suplicaba una explicación: “Y con ellas, joven, a lo largo de mi carrera profesional me he ido forjando una coraza, aunque todavía hay resquicios por donde se cuela la pena”.

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