07 marzo 2015

8 de marzo: Sin mujeres no hay Justicia

Las facultades de Derecho hoy son muy distintas a aquella de la Universidad Central de Madrid a la que asistió como oyente Concepción Arenal vestida con ropas masculinas, porque la educación universitaria estaba vetada a las mujeres.

Desde aquel siglo XIX hasta el XXI, las mujeres, de forma tenaz y denodada, han ido conquistando derechos: al voto y a ocupar cargos públicos, al trabajo o a la formación o el acceso a la universidad, sobre su libertad sexual…

Las estudiantes de Derecho son hoy mayoría en todas las universidades. Por supuesto, acuden a clase sin disfraz  y pueden participar abiertamente en cuantos foros quieran. Sin embargo, a pesar del enorme avance en el ejercicio de sus derechos, tienen que seguir luchando y venciendo numerosos obstáculos – algunos invisibles- para alcanzar los mismos puestos que los hombres.

Si analizamos los datos, (algunos datos, recogidos en el reportaje Mujeres en la Justicia publicado en el último número de la Revista Abogados) podemos llegar a la conclusión de que no solo antes, sino que tampoco una vez aprobada la Constitución y la Ley de Igualdad, se cumplen las leyes y los derechos, tan duramente conseguidos, siguen siendo más apariencia que realidad:

–       Hasta 1966 las mujeres tenían vetado el acceso a la carrera judicial.

–       Hasta 1971 –con un paréntesis entre 1931 y 1944- no hubo mujeres notarias.

–       Hasta 1973 no hubo una mujer fiscal en España (hoy son mayoría).

–       Hasta 1977 no ingresó la primera en la Escuela Judicial y hasta 1978 no tomó posesión la primera mujer juez de España.

–       Hasta 1996 no hubo ninguna mujer ministra de Justicia (y no ha habido otra).

–       Hasta 2002 no hubo ninguna mujer en el Tribunal Supremo.

–       Hasta 2004 ninguna mujer presidió el Tribunal Constitucional (y no ha habido otra).

–       Ninguna mujer ha presidido el Consejo General del Poder Judicial, ni el Consejo de Estado y hasta 2015 no ha habido una Fiscal General del Estado…

Las mujeres llegan con gran esfuerzo y dedicación, pero se quedan en la base. El caso de la Abogacía no es diferente al resto: a 31 de diciembre de 2014, el número de colegiadas en España era el 52%, (131.317 mujeres frente a 121.216 hombres), pero solo hay 14 consejeras. Y solo el 13% de los socios de los 25 grandes despachos son abogadas, según el diario Expansión.

Numerosos estudios publicados estos días sacan a la luz las brechas existentes entre hombres y mujeres, empezando por la brecha salarial. Son realidades que nos avergüenzan como ciudadanos y nos indignan como profesionales de la Justicia.

Las mujeres no luchan por ser “más que”, sino por ser “tan como”. Luchan por un mundo justo y, por lo tanto, efectivamente igualitario.

Todos nosotros deberíamos hacer un ejercicio de reflexión y autocrítica: ¿por qué algo que defendemos en la teoría se convierte a veces en una quimera en la práctica?

 

 

 

 

 

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