04 febrero 2015

Más de un millar de refugiados sirios se hacinan en el CETI de Melilla, según AI

Un total de 1.500 personas que han huído del conflicto de Siria se hacinan en la actualidad en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla, que tiene capacidad para 480 personas y acoge a más de 1.900, y viven en condiciones de precariedad, con acceso restringido al agua caliente y dificultades para acceder incluso a la alimentación. Así lo denuncia Amnistía Internacional, y recoge Europa Press, al hilo del lanzamiento mundial de un informe y una campaña que expone la deficitaria respuesta de países como España al conflicto abierto en Siria, que en su cuarto año ha dejado tras de sí cerca de cuatro millones de refugiados: hombres, mujeres y niños que en su mayoría sobreviven en los países colindantes. La organización se centra en las ciudades autónomas para ejemplicar que “España no acoge debidamente” a estas personas, pues durante 2014 llegaron alrededor de 3.000 sirios a Ceuta y Melilla sin que se hayan tomado medidas “adecuadas para llevar a cabo una acogida acorde a los estándares internacionales”. En este sentido, indica que alrededor de 600 solicitudes de asilo han sido admitidas a trámite en Melilla, pero sus titulares no tienen reconocido el derecho a desplazarse libremente a la Península, así que están en espera de que la Administración les traslade en una decisión que sigue “criterios aleatorios muchas veces basados únicamente en la ocupación de los centros”. Esto lleva a que sean muchos sirios los que “desistan” de pedir la protección en las ciudades autónomas. Mientras esperan, viven “hacinados” en el CETI, donde una delegación de Amnistía pudo comprobar en el mes de octubre que las condiciones de vida “incumplen los estándares internacionales”, con “hombres durmiendo en salas abarrotadas, sin ropa de cama o en tiendas de campaña nada acondicionadas para el frío o el calor”. SIN AGUA CALIENTE PARA TODOS “El uso del agua corriente era limitado: tan sólo los menores tenían acceso a agua caliente, pero ahora ni siquiera se garantiza el uso para todos ellos, ya que en estos momentos se encuentran allí alrededor de 400. El hacinamiento del centro provocaba largas colas que dificultaban el acceso a duchas e incluso a alimentación”, relata Amnistía Internacional. También encontraron en el CETI “difucultades para solicitar asilo” pues aún no se ha creado la oficina en la frontera que anunció el Ministerio del Interior para este fin, no se ha reforzado el personal “y sólo se cuenta con una letrada y dos intérpretes para todo el centro”. “Aunque está previsto que los solicitantes de asilo empiecen a ser trasladados a la península, tampoco aquí el sistema está preparado para acoger a estas personas. No hay plazas de acogida para solicitantes de asilo, habiendo incluso listas de espera”, señala la responsable de política interior de Amnistía Internacional España, Virginia Álvarez. Según la organización, España no sólo “no acoge debidamente” a los solicitantes, sino que “tampoco ha reasentado a ninguno de los casi cuatro millones de refugiados sirios que han abandonado su país”. Aunque ofreció 130 plazas de acogida entre 2013 y 2014 a las que se sumaron 130 para 2015, cifra que “deja mucho que desear”, y ninguna de ellas se ha materializado hasta la fecha. “España puede y debe actuar mejor, no sólo poniendo en marcha un programa de reasentamiento digno, sino aumentando el número de plazas en línea con los acuerdos internacionales que ha suscrito”, afirma Álvarez, para quien es urgente que se agilicen estos procedimientos por los que un Estado da refugio en su territorio a personas que han huído de su país y se encuentran en una situación insostenible. 380.000 NECESITAN REASENTAMIENTO YA Amnistía cifra en 380.000 los refugiados de Siria que están hoy en esa tesitura. Hombres, mujeres y niños, en muchos casos solos, con enfermedades intratables en un campo de refugiados, que presentan alguna discapacidad, que sufren persecución entre quienes les rodean por motivos tan diversos como la homosexualidad o la viudedad, y que necesitan urgentemente un lugar donde reasentarse. El informe, titulado ‘Hardship, Hope and Resettlement: Refugees from Syria tell their stories’ y lanzado junto a la campaña #OpenToSyria dirigida a los países ricos, da voz a ocho de estas personas que huyeron del conflicto con sus familias y que ahora luchan por sobrevivir en Líbano, Jordania e Irak, países que albergan en la actualidad al grueso de la población desplazada por la guerra. Es el caso de Yara, de 23 años y madre de cuatro hijos, el pequeño de los cuales tiene espina bífida. Se enteró por un vídeo de Youtube de que su marido había sido ejecutado en Siria y huyó. Ahora está sola en Líbano con los niños, viendo como el pequeño empeora, evitando el acoso sexual y sin poder permitirse afrontar el alquiler de una vivienda. REASENTAR CAMBIA VIDAS Jamal y Said también están en los 380.000. Ambos periodistas, son pareja y activistas de la oposición en Siria, lo que les valió una detención durante la que el primero, seropositivo, vio avanzar la enfermedad mientras permanecía en régimen de aislamiento. Cuentan a Amnistía que su vida está en suspenso. Necesitan “desesperadamente” un lugar donde empezar de nuevo y “llegar a ser miembros productivos de la sociedad”. Otro de los testimonios que recoge el informe es el de Qasim, refugiado palestino en Siria que huyó del país cuando fue herido en un ataque en el que su vivienda quedó destruida. Sufre elefantiasis, igual que su hija, para quien anhela tratamiento. “Yo estoy esperando la muerte, no me importa no recibir tratamiento, pero quiero que mi hija lo reciba”, afirma. “Los líderes mundiales no pueden seguir dando la espalda a los refugiados vulnerables. Es fácil sentirse impotente ante una crisis de esta magnitud, pero animar a los líderes mundiales a reasentar a los refugiados puede cambiar sus vidas”, afirma el director del Equipo sobre Derechos de Personas Refugiadas y Migrantes de Amnistía Internacional, Sherif Elsayed-Ali.

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