08 enero 2015

Todos somos Charlie

Ayer manifesté mi condena sin paliativos a través de las redes sociales sobre el asesinato de doce personas en París en el atentado cometido en la redacción del semanario satírico ‘Charlie Hebdo’. Esta mañana me he dirigido al embajador de Francia en España para transmitirle nuestro pesar y que se lo haga llegar al presidente de la República francesa. Y ahora quiero hacerlo a través de este blog para expresar mi solidaridad y la de toda la Abogacía con los familiares y amigos de las víctimas, con los periodistas y con la sociedad francesa en general.

Este atentado es un ataque contra el derecho a la información y la libertad de expresión, dos de los pilares en los que se apoya una sociedad democrática. Frente a ellas, la sinrazón de la violencia, de todo tipo de violencia, deslegitima cualquier ideología o causa.

El semanario ‘Charlie Hebdo’ había recibido amenazas, pero siguió ejerciendo su labor, informando desde una perspectiva crítica y satírica sobre su visión del mundo, sin discriminar religiones o corrientes políticas porque, como decía su director no se puede vivir de rodillas frente a la intolerancia, al fundamentalismo religioso o de cualquier otro tipo.

Cualquier acto violento no puede más que generar el rechazo de toda la sociedad. Una repulsa que ayer se manifestó de forma clara en Francia, pero también en las principales ciudades de muchos países europeos, en las que cientos de miles de personas se concentraron de forma pacífica y con un mensaje claro: ‘Je suis Charlie’. Todos los ciudadanos del mundo libre, todos los que defendemos la libertad de expresión, todos los que defendemos el Estado de Derecho, todos somos Charlie. La libertad es un bien tan frágil que tiene que ser defendido siempre. Incluso por encima de la seguridad, porque enfrentar libertad y seguridad nos puede llevar también a situaciones muy peligrosas. Lamentablemente, no será ésta la última vez que tengamos que salir a la calle para expresar nuestra condena por un atentado, pero la victoria nunca será de los intolerantes sino de los que amamos y defendemos la libertad como la fuerza desde la que construir una verdadera democracia, una auténtica paz.

 

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