15 octubre 2014

Vázquez Taín: “La solución a la acumulación de asuntos no es intentar que entren menos, sino que se resuelvan más y mejor”

vazquez tainJosé Antonio Vázquez Taín (A Merca, Ourense, 1968), además de escritor, es juez en Galicia. Ha trabajado en casos mediáticos, como el robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago o el crimen de Asunta Basterra. “Al infierno se llega deprisa” es su segunda novela. Será la primera de las tres que se ha comprometido a escribir para el Grupo Planeta.  

¿Cómo llega un juez a convertirse en escritor?

Siempre me ha apasionado la Literatura. Creo que la cultura es algo básico para el ejercicio de cualquier faceta del derecho, pues el razonamiento ajeno enriquece el propio, ampliando nuestra perspectiva respecto de cualquier tema. Desde esa base humanística, las experiencias personales van motivando una serie de reflexiones que al acumularse crean la necesidad de exteriorizarlas. Y así un día te sorprendes volcando en un relato vivencias y razonamientos que crees que pueden ser útiles a los demás.

¿Le sirve de inspiración los asuntos del juzgado a la hora de ponerse a escribir?

En mis novelas, especialmente en la segunda, pues la primera es una novela histórica que trata principalmente de cómo pudo descubrirse la tumba del Apóstol Santiago, trato de reflejar la realidad diaria del mundo que vivimos en Justicia. Me inspiran mis vivencias. Pero las tramas son totalmente inventadas o me arriesgaría a una sanción cuando menos.

Tienen ustedes una visión privilegiada de lo mejor y lo peor del ser humano.

La visión del alma humana tan desnuda como nos permite nuestro trabajo me ha enseñado que el delincuente no es alguien enfermo o distinto, como se tiende a simplificar. Es un ser como cualquiera de nosotros que ha ido cometiendo errores en la vida, o ha tenido mala suerte. Por eso escribí “Al infierno se llega deprisa”, para que el lector a través de una trama de intriga que le hace atractivo el libro, se vea invitado a reflexionar sobre la corrupción, el delito, el engaño, la lentitud de la Justicia etc., y todo salpicado de citas históricas para que seamos conscientes de que todo fenómeno social es repetido.

La Abogacía organiza el Premio Abogados de Novela, que resulta siempre un éxito. Parece que el Derecho ha estado muy ligado siempre a la literatura.

Aunque parezca un tópico, la realidad siempre supera a cualquier tipo de ficción. Todos los interlocutores del derecho tenemos una  visión privilegiada de la existencia humana que escapa al común de la población. Además, resolver o defender algunos casos, nos impone la necesidad de estudiar otras ciencias, con lo que un espíritu inquieto se va dotando de mimbres idóneos con los que tejer tramas magníficas.

En su nueva novela, “Al infierno se llega deprisa”, se percibe una intensa reflexión sobre el sistema penitenciario actual. ¿La cárcel rehabilita?

El sistema de reinserción difícilmente podrá funcionar, pues está diseñado para situaciones ideales, utópicas. No contempla ni la lentitud de la justicia, ni la saturación de las cárceles, ni las dificultades de reeducación en casos concretos.

Los medios son más que precarios.

Si se pretende rehabilitar han de invertirse exponencialmente más medios que para reprimir; ha de agilizarse el dictado de sentencias aproximándolas lo máximo posible a la comisión de los hechos, pues justicia tardía no es justicia y han de diseñarse planes personalizados de tratamiento. Intentar hacer eso con los medios actuales es ilusorio.

¿A qué cree que se debe la baja inversión del Estado en Justicia?

Desconozco la razón por la que la única administración que no está dotada de expediente digital es la Justicia. Desde la más humilde administración local hasta la más poderosa administración estatal están totalmente informatizadas. Mientras sigamos utilizando legajos de papel, o expedientes escaneados, el rendimiento será menor.

Pero la solución no está en impedir el acceso a la Justicia con las tasas, ¿verdad?

La solución a la acumulación de asuntos pendientes, no es intentar que entren menos,  es intentar que se resuelvan más y mejor. Somos una administración muy pequeña, así que el coste no sería tan elevado. Las razones de por qué no se ha hecho las desconozco.

La corrupción es otro de los asuntos que aparece en el libro. ¿Qué es lo que sucede en la política española para que aparezcan tantos casos?

La corrupción no es una exclusiva de la política, es un mal generalizado a todos los niveles sociales. Deporte, banca, construcción… El listado sería inagotable. Eso motivó que durante años no se considerase un problema preocupante. La crisis económica ha elevado el nivel de rechazo social y desde el poder se han activado los mecanismos de control. Si el nivel de tolerancia hubiese sido cero, y los mecanismos hubiesen funcionado mejor, no se habría desarrollado un fenómeno tan extendido.

Como juez en Galicia, conoce de primera mano el problema del narcotráfico. ¿Hasta dónde ha calado en la sociedad y política?

El fenómeno del contrabando de tabaco primero, y del narcotráfico después, son un fenómeno muy complejo que se tiende a simplificar erróneamente. Si sectores como el económico o el político no se hubieran implicado, el delito no habría podido extenderse tanto ni alcanzar un volumen tan enorme, pues el ilícito no solo implica introducir mercancía. Hay que almacenarla, transportarla, distribuirla, blanquear el producto obtenido… Muchos sectores se vieron salpicados. Y de distintos colores y siglas.

¿Es más satisfactorio redactar una sentencia o escribir literatura?

Son totalmente distintas las dos actividades. Cuando trabajo pretendo ser útil, es una vocación que me impone servir al administrado y tratar de solucionar los problemas que me plantean. Tengo la inmensa fortuna de disfrutar con mi trabajo, aun cuando siento la responsabilidad como algo innato. Cuando escribo, vuelco reflexiones que pretendo sean interesantes. Si además son útiles, me colman de satisfacción.

Comparte: