09 octubre 2014

El ministro ante el Pleno de la Abogacía: de las palabras a los hechos

_MG_2722Después de una conversación telefónica y un encuentro personal conmigo, como representante de la Abogacía, el ministro Rafael Catalá estuvo ayer en el Pleno del Consejo General de la Abogacía Española. Sólo han pasado diez días desde su toma de posesión y ha demostrado, sin duda alguna, su voluntad de escuchar y dialogar con los abogados, al igual que con los demás agentes jurídicos. Ayer ante todos los decanos y consejeros de la Abogacía no hizo grandes afirmaciones- el miércoles comparece ante la Comisión de Justicia del Congreso y allí tendrá que esbozar medidas concretas- pero sí dejó claras algunas cosas:

1.- Conoce –y yo se los repetí ayer detalladamente- los problemas que nos preocupan y que han llevado a la Abogacía a encabezar el clamor social y la protesta: las leyes que impiden u obstaculizan el acceso a la Justicia, los proyectos que están en marcha y que pueden cambiar de forma extremadamente negativa la mala Justicia que ya hoy padecemos ciudadanos y agentes jurídicos y la imprescindible modernización de nuestra viejísima Administración de Justicia. Eso se concreta en asuntos como la nefasta Ley de Tasas, la reforma a peor de la Justicia Gratuita, el anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales que supone un gravísimo quebranto de nuestros colectivos profesionales, el ataque directo a la cercanía y la proximidad de la Justicia respecto a los ciudadanos que está en el proyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial y otros muchos asuntos como la Justicia Universal, el Estatuto de la Víctima –sin dinero para su puesta en marcha- la reforma del Código Penal, la reforma procesal penal, la Ley de Seguridad Ciudadana, la reforma del Registro Civil, la Ley de Enjuiciamiento Civil, el Código Mercantil… Su experiencia como secretario de Estado de Justicia hace diez años y su talante, además de su condición de “abogado y colegiado” de la que se vanaglorió ayer, avalan un inicial voto de confianza.

2.- El ministro prometió diálogo y consenso para abordar las reformas y dijo que no se imaginaba ninguna reforma con garantía de éxito que no se produjera con el consenso de los profesionales. Ninguna. Todo indica que en pocos días se constituirán mesas sectoriales para analizar y debatir mejoras en la aplicación de la Ley de Tasas y sobre el proyecto de Ley de Justicia Gratuita, cuya tramitación parlamentaria se paralizó tras la dimisión del anterior ministro. Nosotros no queremos reformas en la Ley de Tasas, sino su derogación. El ministro dijo que no iba a derogar la ley, pero que estaba abierto a mejoras en función de impacto negativo que han tenido. Esperamos convencer al ministro con nuestros argumentos.

3.- Respecto a la Justicia Gratuita, el ministro dijo que estaba orgulloso de un servicio público que prestan los Colegios y que funciona razonablemente bien. Lo importante, dijo, es mejorarlo, garantizar su calidad, su transparencia y la aplicación de la deontología por parte de los Colegios. Se puede hacer.

4,.-Acerca de la Ley de Servicios y Colegios Profesionales me gustó que el ministro hablara de salvaguardar los valores, características y competencias de los Colegios y, sobre todo, que abogara por una solución equilibrada que no cree problemas donde no es necesario. Si eso sucediera con todos los proyectos de ley, ya habríamos ganado mucho. “Haríamos mal desde el Ministerio, dijo también Catalá, en no legitimar y reconocer esa fuerza y trabajar juntos”.

También destacó el ministro que la Administración tiene mucho que mejorar –“que se parezca más a la Agencia Tributaria o a la Seguridad Social y menos al Ministerio de Cultura”, dijo- y reconoció que, en algunos temas, como los tecnológicos, la Abogacía va muy por delante. El Expediente Electrónico de Justicia Gratuita, que ha sido puesto al servicio de las Administraciones de Justicia, y que Europa valora como una gran iniciativa, es una muestra de ello.

Lo dijo Rafael Catalá: “lo de hoy es un prólogo de buenas intenciones. Hay que pasar a conseguir buenas realizaciones al servicio de los ciudadanos”. La Abogacía está dispuesta a colaborar activa y lealmente en ese proceso. Ofrecí nuestra ayuda al ministro y éste la aceptó abiertamente. Ahora toca pasar de las palabras a los hechos. De la imposición al diálogo y al consenso. De muchas reformas legislativas a buenas reformas legislativas. Nosotros no vamos a cejar en nuestro empeño.

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