26 septiembre 2014

El Estado Islámico ejecuta a la abogada Samira Saleh, activista de Derechos Humanos

Samira SalehEl Centro del Golfo para los Derechos Humanos (GCHR, por sus siglas en inglés) ha denunciado “con la máxima pena y dolor” la ejecución de la abogada iraquí Samira Salé al Naimi, defensora de los Derechos Humanos asesinada por milicianos del Estado Islámico en la ciudad de Mosul, en el norte de Irak.

Al Naimi, que había criticado las acciones “bárbaras” de este grupo yihadista, fue secuestrada hace una semana por sus milicianos y ejecutada a tiros en una plaza de Mosul, informa Europa Press.

El GCHR ha pedido a Naciones Unidas y a las instituciones internacionales que condenen e investiguen la ejecución de la activista por parte del Estado Islámico y que garanticen el ejercicio de las libertades de los periodistas y de los defensores de los derechos.

Este “horrible crimen” y otros similares cometidos por el Estado Islámico son “crímenes contra la humanidad”, ha subrayado en su comunicado el GCHR. Esta organización también ha solicitado “una investigación profunda, inmediata e imparcial por la ejecución de Samira Salá al Naimi y otros delitos cometidos por el Estado Islámico”.

Por último, el GCHR ha exigido que se garantice la seguridad y la libertad de los activistas y de los periodistas. Estos colectivos deberían ser “capaces de realizar sus legítimas actividades” sin miedo “a represalias y libres de todas restricciones”, ha concluido.

Según publica hoy el diario El Mundo, Samira Saleh al Nuami litigaba en los tribunales en nombre de los más débiles y nunca hubo amenaza que la hiciera enmudecer. La semana pasada militantes del Estado Islámico asaltaron su hogar y la arrestaron. Padeció torturas durante los días siguientes y fue ejecutada por un pelotón de enmascarados, según ha confirmado la ONU.

Su martirio comenzó el pasado 15 de septiembre. Samira tildó de “bárbara” en Facebook la destrucción de mezquitas y santuarios cometida en Mosul por el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) desde que se hiciera con el control de la ciudad en junio. Dos días después, combatientes yihadistas allanaron su domicilio y la raptaron.

Durante las cinco jornadas de torturas que sucedieron a su secuestro, sus verdugos intentaron que se retractara de lo que había publicado. Al negarse, una corte islámica la declaró culpable de “apostasía”. El pasado lunes fue ejecutada a sangre fría en una plaza pública de Mosul, enfrente de un edificio gubernamental en el barrio de Dawasa, ha precisado la oficina de la ONU en Irak a partir del testimonio de sus familiares, vecinos y colaboradores.

Los cabecillas del IS que gobiernan la ciudad impidieron además a sus parientes organizar el funeral. Según el testimonio de sus familiares, su cadáver presentaba señales de tortura. “Esta horrible ejecución pública -de una mujer valiente cuyas únicas armas eran las palabras que usaba para defender los derechos humanos de otros- pone al descubierto la falta de ideología del IS y sus afiliados”, ha declarado desde Ginebra este jueves el alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU Zeid Raad al Husein.

 

Comparte: