13 marzo 2014

España empieza a cumplir con los traductores del Ejército en Afganistán: la Abogacía lo pidió

Doce traductores que sirvieron al Ejército español en Afganistán y que solicitaron asilo en septiembre del año pasado, tras la retirada de las tropas españolas, han sido trasladados a España o lo van a ser en breve. Su vida corría serio peligro ya que habían sido acusados de colaboracionistas y habían sufrido graves amenazas, tanto ellos como sus familias. Quedan otros 28 intérpretes que esperan la respuesta del Gobierno español.

Esta situación fue denunciada en la Conferencia Anual de la Abogacía en diciembre de 2013, por la periodista Mónica Bernabé al recibir el Premio Derechos Humanos que concede el Consejo General de la Abogacía Española a través de su Fundación. Recogí esa justa petición de la corresponsal de El Mundo en Afganistán y me dirigí al ministro de Defensa y a otros miembros del Gobierno en dos ocasiones sucesivas reclamando atención para estas personas. Uno de los que ya está en Madrid se jugó la vida en medio de un combate para ayudar a evacuar a un soldado español herido. Este joven tuvo que huir a Turquía ante las graves amenazas sufridas y estaba atemorizado por la posibilidad de ser deportado.

España ha hecho, aunque más tarde, lo que han hecho antes Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Noruega. Era y es de justicia. Falta ahora dar respuesta a esos otros veintiocho jóvenes afganos que esperan que España cumpla con ellos como ellos lo hicieron con nuestros soldados. Mi agradecimiento al ministro de Defensa y al Gobierno español por dar respuesta a la petición de la Abogacía Española. Lo dicho: era de justicia.

 

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