30 enero 2014

La Abogacía vuelve a pedir al Gobierno una solución urgente para los intérpretes afganos

AfganistanEl Consejo General de la Abogacía Española ha reiterado al Gobierno español su preocupación por la situación de los jóvenes afganos que trabajaron como intérpretes de las tropas españolas en Afganistán.

El presidente de la Abogacía, Carlos Carnicer, ha remitido una carta al ministro de Defensa, Pedro Morenés, con copia a la vicepresidenta del Gobierno, para reiterarle la necesidad de que el Gobierno “encuentre una solución favorable a este asunto de justicia y no tengamos que dolernos después por no haber podido actuar a tiempo”.

Carnicer expone en su carta las preocupantes noticias que llegan desde Afganistán sobre la situación de estos jóvenes, uno de los cuales ha sido amenazado de muerte por los talibán, le han exigido 20.000 dólares y como no ha pagado, le han quemado su casa. Cada mes cambia de lugar de residencia para que no le encuentren. “Si me quedo en Afganistán, me matarán cualquier día”, ha manifestado.

Otro de ellos ha tenido que huir a Turquía para no poner en peligro a toda su familia, después de esperar entre septiembre y diciembre una respuesta de la Embajada de España en Kabul. Su principal preocupación es que su visado turco caduca en breve y entonces tampoco podrá quedarse en ese país. En el Consulado le han dicho que no llame más, que ya le avisarán. Está en un callejón sin salida.

“Según me informan, la petición de visados, que depende del Ministerio de Exteriores y que comprendo que es un trámite lento, la hicieron muchos de ellos hace cuatro meses. Pero la situación es de emergencia para quienes fueron un apoyo

fundamental para las tropas españolas en misión de paz”, asegura Carnicer.

 

El 18 de diciembre, la Abogacía Española ya reclamó al Gobierno que solucionara la situación humanitaria de estos jóvenes que han trabajado como intérpretes con las tropas españolas en Afganistán, incluso vistiendo uniforme militar español. Tras el regreso de las tropas han quedado en situación de riesgo e indefensión, marcados por el hecho de haber trabajado para tropas extranjeras y con la imposibilidad de encontrar otro empleo porque se les considera colaboradores.

La Abogacía Española respondía así a la petición realizada por Mónica Bernabé, la única periodista española que reside en Afganistán desde donde trabaja para el diario El Mundo, y que ha sido galardonada con el Premio Derechos Humanos de la Abogacía 2013.

Bernabé ha denunciado reiteradamente la situación de estos jóvenes cuyo perfil, a juicio de ACNUR, está entre los “grupos de riesgo que pueden sufrir persecución por su asociación o vinculación” con las fuerzas armadas internacionales. De hecho, según diversas fuentes, alguno de ellos ha sido asesinado y otros han tenido que huir a otros países de forma clandestina.

Esta organización ha recordado que otros países, como Estados Unidos han ofrecido asilo, visado o refugio a 2.500 de los intérpretes afganos que trabajaron con ese país; Alemania, a 180 afganos, además de sus familias; Reino Unido, a unos 600; Noruega a 50, etc. En cambio, España no ha ofrecido ningún tipo de protección a sus intérpretes. Se ha limitado a despedirlos sin más, a pesar de que las directrices del ACNUR para 2013 les consideran un grupo de riesgo en Afganistán.

La Subcomisión de Extranjería y los Servicios Jurídicos del Consejo General de la Abogacía Española ofrecieron el apoyo necesario al letrado que lleva el caso de los traductores y al propio Ministerio de Defensa.

 

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