23 enero 2014

Estados Unidos ejecuta a Edgar Tamayo, la cuarta persona en lo que va de 2014

El estado de Texas ejecutó el miércoles 22 de enero al ciudadano mexicano Edgar Tamayo, de 46 años, condenado a la pena capital en 1994 por el asesinato de un policía de Houston. La ejecución fue paralizada durante unas horas a instancias de las autoridades de Texas, sin embargo, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la propuesta de posponer la ejecución  a pesar de los llamamientos internacionales y del propio gobierno federal estadounidense a detener una sentencia que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya había ordenado revisar porque se violó su derecho a asistencia consular, en el denominado “fallo Avena”.

Por petición propia del reo, ninguno de sus familiares estuvo presente durante la ejecución. El padre, Héctor Tamayo, insistió durante los últimos días en la inocencia de su hijo y aseguró que su familia estaba rezando por él.

Edgar Tamayo, con una leve discapacidad intelectual, fue condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1994. Sin embargo, según la reconstrucción de los hechos hecha por la policía, Tamayo había sido detenido y mientras estaba esposado en el vehículo policial sacó una pistola –que nadie había detectado– y disparó tres veces al agente, que falleció en el acto. Tamayo abrió de una patada la ventana y escapó, aunque fue interceptado cerca del lugar de los hechos.

El Gobierno mexicano dijo el pasado domingo que de concretarse la ejecución, Estados Unidos violaría una resolución emitida en el 2004 por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que obligó a revisar la sentencia de 51 presos mexicanos condenados a muerte. Tres de ellos, contando este último caso, ya han sido ejecutados.

Por su parte, los abogados de Edgar Tamayo Arias presentaron el martes 21 argumentos orales para sustentar su petición de revisar la clemencia de su cliente ante una corte federal en Austin, en un “último esfuerzo” que resultó ser en vano.

“VEINTE AÑOS HAN SIDO MUCHOS, ESTOY LISTO”

Según recoge el diario mexicano ‘El Universal’, personal del Departamento de Justicia Criminal de Texas, que ha tenido contacto con el preso, aseguraron que estaba tranquilo y que dijo: “Veinte años han sido muchos, estoy listo”. Una versión que también ha sido confirmada por su padre.

“Él está tranquilo, no está llorando ni nada, nos dice también a su mamá y a mí que seamos fuertes, que solamente Dios puede decir la última palabra”, aseguró el padre del condenado a muerte, que es consciente de que el caso ha llamado la atención a nivel mundial, al reconocer que ha recibido cartas de apoyo procedentes de, al menos, 67 países.

Tamayo había sido trasladado este miércoles a la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, donde se ubica la llamada cámara de la muerte de Texas, tras pasar cerca de veinte años encarcelado en la Unidad Polunsky, a unos 65 kilómetros de distancia.

PRESIÓN DE MÉXICO

El Ejecutivo de Enrique Peña Nieto dijo que hasta el momento “había hecho uso de todos los recursos políticos, legales y administrativos disponibles para evitar la ejecución de este connacional”, en coordinación con sus abogados.

Entre las acciones legales más recientes se encuentran la presentación de un recurso judicial fundado en las determinaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el 18 de enero de 2012 otorgó medidas cautelares ordenando la suspensión de la ejecución.

De igual manera, el pasado 14 de enero se presentó una demanda federal en Austin, solicitando que el gobernador, Rick Perry, y la Junta de Perdones y Libertad Condicional (BPP) de Texas se abstengan de proceder con la ejecución.

Las acciones políticas incluyen cartas enviadas por el ministro de Exteriores, José Antonio Meade; el embajador de México en Estados Unidos, Eduardo Medina Mora; el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plasencia; y diversos legisladores a Perry y a la BBP solicitando la suspensión de la ejecución.

En el plano internacional, la CIJ, Naciones Unidas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), el Consejo de Europa y varias ONG dirigieron misivas apelando igualmente a la autoridades de Texas para suspender la ejecución de Tamayo.

Por último, reiteró que “se opone a la pena de muerte y está decidido a emplear los recursos necesarios para la protección de los nacionales en peligro de recibir dicha condena”, para lo cual en el año 2000 creó un programa gubernamental con el que, hasta ahora, habría logrado “evitar o revertir la pena capital en 868 casos”.

TEXAS, A LA CABEZA

Esta es la cuarta ejecución que se lleva a cabo en Estados Unidos en 2014. En 2013, fueron ejecutadas 43 personas, 15 de ellas en el estado de Texas, según datos de Amnistía Internacional.

Veintiséis de los 50 estados ha llevado a cabo ejecuciones en los últimos 10 años, mientras que 16 son abolicionistas de derecho y 8 de hecho.

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