03 enero 2014

Francia ya no cobra tasas, España sí y no se sabe dónde van

Desde el pasado 1 de enero, Francia es un país libre de tasas judiciales. Esta decisión anunciada por la ministra de Justicia, Cristiane Taubira – por ser “una penalización para los más vulnerables y una restricción a su acceso a la Justicia”, aunque allí las tasas eran de sólo 35 euros- nos da la razón: las Tasas Judiciales impiden derechos fundamentales de los ciudadanos, sobre todo, de los más vulnerables. La acertada rectificación del Gobierno francés es resultado del  diálogo y el consenso con los diferentes operadores sociales y jurídicos afectados. Su perseverancia ha dado sus frutos. Pero también la constatación de un grave error político y de la injusticia de un sistema perverso. Los gobernantes han comprendido que con la Justicia no se juega, que no pueden quedar en entredicho los derechos de los ciudadanos ni se les puede diferenciar en dos clases: los que acceden a la Justicia Gratuita y los que pueden permitirse abonar este tributo frente a una inmensa mayoría formada por los que no pueden pagar las tasas. Con esta rectificación tardía pero positiva, las autoridades francesas entienden que la cuna de la Declaración Universal de los Derechos Humanos quedaría huérfana si llevara a millones de sus ciudadanos en segunda división. Los ideales de Igualdad, Libertad y Fraternidad, que inspiraron la Revolución Francesa y el sistema democrático que hoy disfrutamos, quedarían traicionados.

 

 

En España, la situación es mucho peor porque sigue el empecinamiento y porque las tasas llegan en muchas ocasiones a varios miles de euros. Pero, además, el Gobierno –no sólo el ministro de Justicia- ha incumplido gravemente otra promesa porque el dinero de las tasas no va a ir a mejorar la Justicia Gratuita, que era una de las razones “oficiales” para implantarlas ni las comunidades autónomas con competencias en la materia van a ver un euro de esa recaudación. ¿Dónde va a ir el dinero? Desde luego en 2014 no irá a la Justicia Gratuita. Tampoco a la Justicia. En los Presupuestos de 2014 no figura esa partida en ningún sitio, por lo que tenemos que entender que engrosará la recaudación de impuestos de Hacienda. El ministro ha hablado de que en 2015 “ya veremos” y muchas autonomías, incluso las gobernadas por el PP, han manifestado su malestar y su protesta.

Es decir, las tasas tenían sólo dos objetivos reales: impedir que muchos ciudadanos pudieran defender sus derechos y un puro afán recaudatorio. Lo demás, puro humo.

Pero es que ni siquiera sabemos cuánto se ha recaudado. Lo previstos eran 306 millones de euros. Según los datos públicos de la Agencia Tributaria hasta noviembre se habían recaudado 133 millones por las tasas judiciales –también expuesto en El País-, aunque el ministro de Justicia ha hablado en algún medio de “cerca de 300 millones”. Como hay que dar por buenas las cifras de Hacienda y como en 2012, la recaudación por tasas -antes de que entrara en vigor la nueva ley- fue de 176 millones, la conclusión es sencilla y preocupante. Se ha recaudado menos por dos motivos: Uno, que los ciudadanos han renunciado a defender sus derechos por que no pueden pagar unas tasas desproporcionas, excesivas e inconstitucionales. Dos, que las únicas beneficiadas por esta medida han sido las grandes empresas, a las que el Ministerio rebajó sustancialmente las tasas variables.

Sí sabemos, por el contrario, que el presupuesto destinado a Justicia Gratuita en 2014 seguirá congelado, que los abogados del Turno de Oficio seguirán percibiendo tardíos y ridículos honorarios mientras que cada vez más ciudadanos necesitan acudir a la Justicia Gratuita como medio para defender sus derechos. Como he manifestado en reiteradas ocasiones, no podemos fallar a esas personas, debemos seguir, al igual que en Francia, luchando contra las tasas y por los derechos de todos, sobre todo de aquellos que más nos necesitan.

La Abogacía institucional ha sido especialmente combativa en este asunto con acciones en las calles, en los medios y ante las instituciones. Hace unas semanas, escribí una carta al presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, pidiéndole que agilizarse los recursos ya interpuestos contra las tasas a los que se suman los presentados en el Juzgado nº 44 de Barcelona y nuevamente, la Audiencia Nacional. Vamos a seguir insistiendo en la presión y en la denuncia.

La igualdad, como recoge el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no entiende de fronteras sino de personas. ¡Ojalá en 2014 se imponga la cordura y desaparezcan las tasas igual que ha sucedido en Francia!

Lamentablemente, 2014 no parece que vaya a ser el buen año que la Justicia se merece.

 

 

 

 

 

 

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