Conferencia Anual: la Abogacía reclama luchar por los Derechos Humanos “hoy más que nunca”

_MG_9153_1Si el año pasado la Abogacía se preguntaba en los actos de la Conferencia Anual si los Derechos Humanos todavía seguían vigentes, este año esta pregunta se ha transformado en una contundente respuesta. No solo siguen estando ahí, sino que además hay que luchar por ellos “más que nunca”.

Y esta convicción volvió a sonar como un clamor en la entrega de los Premios Derechos Humanos que este año han premiado en la categoría de “Instituciones”, a Cáritas y Banco de Alimentos, por su labor social en estos duros tiempos de crisis; en la categoría de “Personas”, Iris Yassmín Barrios, jueza y presidenta del Tribunal que condenó por genocidio al general guatemalteco Efraín Ríos Montt –aunque luego esta condena fue anulada-; Mónica Bernabé en la categoría de “Medios de Comunicación”, la única periodista española que ha informado regularmente desde Afganistán donde vive permanentemente desde hace seis años y donde trabaja para el diario “El Mundo”, realizando una impecable cobertura en zona de conflicto, con especial atención a los más débiles. Y el Premio “Nacho de la Mata”, creado el año pasado por la Abogacía Española en memoria del abogado que le da nombre para distinguir a las mejores iniciativas en defensa de los valores de la infancia y la inmigración, recayó en la Enrique Martínez Reguera, por su labor durante 50 años en temas educativos y convivir con jóvenes y niños marginados, a través de su escuela de Educadores Especializados en Marginación, como respuesta a la necesidad de preparar personas para afrontar los problemas de los niños y niñas que viven en situación de marginación social. Asimismo, en el marco de la ceremonia también se entregó el premio al ganador del V Concurso de Microrrelatos sobre abogados, Javier de Pedro Peinado, se entregaron cuatro Medallas al Mérito en el Servicio a la Abogacía y se conmemoraron los 10 años de la Fundación Abogacía.

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Los presidentes del CGPJ y el Tribunal Supremo y el Consejo General de la Abogacía, Carlos Lesmes y Carlos Carnicer, presidieron la Conferencia Anual acompañados por la secretaria general del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega, el presidente de la Mutualidad de la Abogacía, Luis de Angulo, la decana del Colegio de Abogados de Madrid, Sonia Gumpert y el decano del Colegio de Abogados de Barcelona, Oriol Rusca, que dieron la bienvenida a los más de 400 asistentes que abarrotaron el salón de actos del Museo Reina Sofía de Madrid, entre los que se dieron cita representantes de la Justicia y la política, como los vocales del CGPJ Vicente Guilarte, Fernando Grande Marlaska, Mercé Pigem i Palmes y Wenceslao Olea Godoy; la presidenta de la Audiencia Provincial de Madrid Ana María Ferrer; el magistrado de la Audiencia Nacional Eloy Velasco; el magistrado del Tribunal Supremo, Antonio del Moral; el magistrado del TS José Manuel Bandrés; el juez decano de Madrid, José Luis Armengol y el director de la Agencia de Protección de Datos, José Luis Rodríguez.

Medallas para reconocer una labor especial

Antes de la entrega de los Premios Derechos Humanos, se procedió a entregar cuatro Medallas al Mérito en el Servicio a la Abogacía a cuatro abogados de reconocido prestigio por su labor profesional. El primero en recogerla fue el abogado del despacho Uría Menéndez Jesús Remón, miembro de la Comisión Jurídica del Consejo General de la Abogacía, que además ha contribuido en los trabajos de elaboración del Nuevo Estatuto General de la Abogacía. Remón aseguró que “la concesión de una medalla no es importante por quien la recibe, sino porque el valor que representa, y con ella se asume una carga, que es la de continuar al servicio de la Abogacía”.

Por su parte, José Ramón Martínez, abogado de Garrigues y miembro también de la Comisión Jurídica del Consejo, quien agradeció este reconocimiento al Consejo y sus compañeros de despacho. “A veces se dice que mi despacho es grande, pero lo importante es que sea un gran despacho, y eso lo consiguen las personas y los valores que defiende”.

También recibió una de las medallas Joaquín García Romanillos, abogado de Gómez Acebo y Pombo y anterior secretario general del Consejo General de la Abogacía, que tras realizar un repaso por su dilatada trayectoria como abogado y político, aseguró que “en mis circunstancias personales están presentes todas aquellas personas que colaboraron conmigo y me ayudaron a que pudiera hacer bien mi trabajo”.

Finalmente, la que fuera Defensora del Pueblo en funciones durante dos años y adjunta al Defensor durante diez años anteriormente, actualmente abogada, María Luisa Cava de Llano, recordó sus tres grandes pasiones: “la Abogacía, la política y la defensa de los Derechos Humanos. Y uno de mis derechos es decir lo que no me gusta y me preocupa, como es la quiebra del consenso constitucional, la vulneración de derechos, la levedad de la ley, la falta de respeto a la presunción de inocencia, la existencia de concertinas, las tasas judiciales que merman el acceso a la tutela judicial efectiva y la escasa y tardía retribución a los abogados de oficio, los soldados de la Justicia”.

Fundación Abogacía: 10 años de proyectos

Durante la Conferencia Anual, se proyectó un video de la Fundación, con motivo de su 10º Aniversario, con un resumen de sus actividades durante esta década de vida, glosado por el vicepresidente y patrono de la Fundación Carles McCragh, donde se pudo ver su importante labor en cooperación internacional en el pasado y el presente, y su colaboración con el programa Eurosocial, así como las actividades realizadas en España en estos 10 años, sin olvidar los proyectos de futuro, donde se seguirán tratando temas de especial sensibilidad para los ciudadanos en Madrid y en los Colegios de Abogados.

Enrique Martínez Reguera: fe y esperanza en los más jóvenes

El primero de los Premios que se entregó en la ceremonia fue el Premio “Nacho de la Mata”, que cumplía su segunda edición tras ser creado el pasado año. En esta ocasión, recayó en Enrique Martínez Reguera, cofundador de la Escuela de Educadores Especializados en Marginación, tras más de 40 años dedicados a dar una esperanza a menores en riesgo de exclusión social. Martínez Reguera aseguró que este premio resulta “un acicate y un compromiso con el futuro”. “Los niños siguen necesitando hoy más que ayer que se les preste atención a sus verdaderas necesidades. Nunca debemos pensar que las instituciones, la tecnología o la profesionalidad pueden sustituir la dedicación personal que necesitan nuestros niños, aunque hoy no es fácil para los adultos, estamos muy desorientados con la corriente deshumanizadora y la tiranía financiera imperante”, añadió.

El veterano educador lamentó que “a nuestro alrededor, cada día se levantan más empalizadas”, por ello “es imprescindible que rescatemos nuestra entereza y capacidad de defender nuestra dignidad como personas. Porque no podemos renunciar a ser humanos”. “Son niños, antes que menores, clientes o usuarios”, recordó.

Finalmente, realizó una petición a los presentes, para que prestaran especial atención a tres tipos de abusos: “la psiquiatrización de las conductas rebeldes; la retención de los menores no acompañados en limbos donde se les hace perder años de su vida para luego expulsarles, y la total opacidad de los centros de tutela y reforma”.

Mónica Bernabé: contar la guerra poniendo en peligro la vida

El Premio Derechos Humanos en la categoría de Medios de Comunicación –con un recuerdo muy presente a los periodistas Javier Espinosa, Ricardo García Valenzuela y Marc Marginedas, secuestrados en Siria- fue a parar a la periodista de “El Mundo” Mónica Bernabé, instalada en Afganistán desde hace años, donde relata en sus crónicas la realidad de una guerra ininterrumpida desde 1979, como recordó durante su discurso. La conflictiva y convulsa historia de este país ha provocado que en la actualidad todo sea un caos. Pero “cuando se habla de la transición en Afganistán solo se dice si la policía o el ejército están preparados, pero esos no son los pilares básicos de un Estado de Derecho. Nadie dice nada del sistema judicial, del parlamento o del gobierno, que son un completo desastre”. “Hablar de democracia es una pantomima porque sin Justicia no se va a ninguna parte”, añadió.

Bernabé realizó a su vez otra petición en relación con los intérpretes de las tropas españolas en Afganistán. “El 1 de septiembre publiqué un primer artículo denunciando que el ministerio de Defensa había dejado en la estacada a unos 40   traductores que habían servido a las tropas españolas durante 2, 3 o 4 años, y que han vestido hasta el uniforme. Se inició una campaña en la prensa española que pedía al Gobierno que concediera el asilo a estos traductores, como han hecho otros países. El ministerio se comprometió a estudiar los casos hace 3 meses, pero no sabemos nada”. El caso vuelve a ser urgente, ya que “hace unas semanas asesinaron a un traductor de las tropas alemanas, y dos traductores de los españoles desaparecieron y ahora se encuentran intentando entrar a Turquía”. Por ello, pidió al Consejo General de la Abogacía que “presione al Gobierno español para que se pronuncia y diga si quiere ayudar a los traductores, y si es así, que lo haga ya, antes de que sea demasiado tarde”.

Cáritas y Banco de Alimentos: la salvación de millones de personas

El Premio Derechos Humanos para Instituciones fue este año compartido por dos organizaciones que están haciendo una labor inmensa para paliar los efectos devastadores de esta crisis económica en España. Cáritas y el Banco de Alimentos recibieron el premio en manos de sus presidentes, Rafael del Río y José Antonio Bustos.

Un emocionado Rafael del Río aseguró que “en ocasiones nos sentimos defraudados y angustiados por no poder atender a todos los que lo necesitan, pero los que trabajamos en Cáritas no lo hacemos para conseguir medallas ni premios. No obstante, somos humanos, y cuando recibimos un reconocimiento a nuestra labor, nos anima para seguir trabajando con más ilusión y empeño, para atender a tantas personas que lo necesitan, los apaleados de la sociedad, los últimos, en definitiva, los pobres”.

Por su parte, José Antonio Bustos aseguró que este premio supone “un aval” para los Bancos de Alimentos, ya que “es muy importante y necesario que la gente confíe en nuestro trabajo”. “La solidaridad es la base fundamental de los Bancos de Alimentos, y no he visto nunca una definición mejor de solidaridad que el artículo primero de la Declaración de Derechos Humanos”, añadió, al tiempo que lamentó que “en estos tiempos, coexisten dos realidades, el hambre y un despilfarro de alimentos brutal. En el mundo se tira un tercio de los alimentos que producen”, algo que también intentan evitar mediante diferentes programas. Finalmente, Bustos destacó los tres pilares de su trabajo: “la gratuidad, la voluntariedad y la profesionalidad”.

Iris Yassmín Barrios: contra la impunidad y el olvido de la barbarie

El último Premio Derechos Humanos entregado en la ceremonia fue el de la categoría de Personas, que fue a parar a Iris Yassmin Barrios, jueza guatemalteca que presidió el tribunal que condenó a Efraín Ríos Montt por genocidio de la etnia Ixil. La magistrada, que recibió una cerrada ovación con el público en pie, aseguró durante su discurso de agradecimiento que “siempre he creído que un juez tiene que ser un líder en su comunidad, capaz de devolver la confianza a los ciudadanos en la Justicia y fortalecer la armonía y la paz en la comunidad en la que se desenvuelve”. Por eso, “es importante contar con jueces íntegros y responsables, que obedezcan solo a la Constitución y a las leyes, sin responder al poder político y económico, para que los ciudadanos puedan confiar en que sus derechos se van a defender, sin ser excluidos por el grupo étnico al que pertenezcan, o el color de la piel”.

Barrios recordó que en Guatemala “hemos demostrado que somos capaces de juzgar con independencia, algo que puede servir de precedente a otros países. Solo se necesita voluntad para hacer cumplir las leyes”.

“Hoy más que nunca, aún dentro del difícil contexto que existe, es importante mantener y fortalecer la independencia judicial. Solo con jueces independientes podemos dar respuesta al pueblo que pide Justicia a gritos”, finalizó.

Carnicer: “Un acto para los Derechos Humanos y su compromiso”

Tras la entrega de Premios, el presidente de la Abogacía, Carlos Carnicer, tomó la palabra para clausurar la Conferencia Anual recordando que “no es un acto de la Abogacía, sino de los Derechos Humanos, para ensalzar a todos aquellos que están comprometidos con ellos”.

Carnicer recogió las palabras de Iris Yassmín Barrios sobre la independencia de los jueces, y aseguró que “los abogados españoles también defendemos la independencia de los jueces porque los necesitamos, con la mejor formación y estado de ánimo”.

Tras dedicar un recuerdo al recientemente fallecido Nelson Mandela, apuntó que “no podemos cambiar el mundo de una sola vez, pero sí podemos hacer cosas para que el mundo se vuelva más a nuestro gusto”, y lamentó que “la calidad de las leyes últimamente dejan mucho que desear”, como es el caso de la Ley de Tasas, la Ley de Seguridad Ciudadana, la Ley de Enjuiciamiento Civil o la Ley de Servicios Profesionales.

Para finalizar, tomó la palabra el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, quien consideró que este acto “sí es de la Abogacía, porque los abogados no son ajenos a los Derechos Humanos. De hecho, sin ellos no sería posible defenderlos”. Además, elogió a todos los premiados, de los que aseguró que todos tienen en común “la dignidad humana que todos defienden y protegen”. “Los Derechos Humanos se explican con la dignidad humana, que es muy difícil de explicar, pero todos sabemos lo que es”. Para finalizar, aseguró que tras ser elegido como presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo no supuso para él alcanzar el cénit de su vocación. “Me he ratificado hoy en mi vocación de juez escuchando a Iris Yassmín”, concluyó.

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