13 agosto 2013

Rosa Inés Ramos: defendió por Turno de Oficio los derechos de niños con altas capacidades intelectuales

Rosa Inés Ramos, abogadaRosa Inés Ramos, abogada de Tenerife, hija y hermana de abogados, defendió de oficio ante varios tribunales el derecho de los padres asociados en la fundación FANS a participar activamente en la educación de sus hijos, niños con altas capacidades intelectuales, que consideraban vulnerado por una orden del gobierno canario. También el derecho de los menores a ser oídos. Primero el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y después el Supremo  les dieron la razón y el ejecutivo autonómico tuvo que cambiar la norma. Es el caso más complejo que ha llevado esta abogada en sus 20 años de ejercicio en el Turno de Oficio.

Pregunta.- ¿Cómo llegó el caso a sus manos?

Respuesta.- La Fundación de Ayuda a Niños Superdotados (FANS), que aglutina desde hace muchos años a familias de niños superdotados de Canarias, quería recurrir una orden de la Consejería de Educación del gobierno canario que regulaba la atención educativa al alumnado con altas capacidades. Al ser una fundación sin ánimo de lucro se les concedió justicia gratuita. Como el conocimiento del asunto correspondía a la sala de lo Contencioso-Administrativo y yo estoy adscrita a esa jurisdicción como abogada del Turno de Oficio, el caso me fue designado por el Colegio de Abogados de Tenerife.

 P.- ¿Por qué recurrieron, con qué aspectos de la Orden no estaban de acuerdo?

 R.- La Orden del Gobierno de Canarias impedía en muchos casos que los padres participaran activamente en la educación de sus hijos, limitándose su intervención a otorgar determinadas autorizaciones para casos puntuales, pero sin tener participación activa. Igualmente impedía la participación activa de los psicólogos, pedagogos, médicos, etc. que venían atendiendo a los menores y no respetaba el derecho del menor a ser oído, que es un derecho fundamental de los niños. Estas cuestiones no eran gratuitas, pues se trata de niños que, por sus propias características, de no ser atendidos correcta y tempranamente, en la mayor parte de los casos sufren trastornos educativos irreversibles, especialmente los superdotados profundos, que se ven afectados por dispersión mental, fobia al colegio, aburrimiento, incomprensión, rechazo, etc. Por ello, la detección temprana y la participación activa en su educación de padres, profesionales que les asisten y el respeto a su derecho a ser oídos es fundamental en su educación.

P.- El Tribunal Superior de Justicia de Canarias admitió su recurso y el gobierno canario recurrió en casación al Supremo, que también falló a favor de FANS y obligó a derogar la orden. ¿Cómo cambió la sentencia la situación de familias?

 R.- La Orden se recurrió, básicamente, porque chocaba con la legislación vigente en materia de protección del menor, y suponía la quiebra de derechos fundamentales, una discriminación hacia el resto de los menores, un alejamiento de la realidad educativa, y una quiebra del derecho de las familias a participar activamente de la educación de sus hijos. Todo ello fue estimado por la Sala en primer término y ratificado por el Tribunal Supremo al no dar lugar al recurso de Casación.

La sentencia ha obligado a la Administración a dejar sin efecto la disposición y, en su caso, a dictar otra que garantice todos estos derechos.

 P.- ¿Es especialista en temas de educación o derechos fundamentales?

R.- No me considero especialista en esa materia. No obstante, con estudio y dedicación pude solventar la dificultad que supuso la defensa de un procedimiento de las características del designado. Además, recibí mucha colaboración de la Fundación FANS, siempre dispuesta a ilustrarme sobre las características y circunstancias educacionales de los niños y niñas con altas capacidades.

 P.- ¿Por qué se hizo abogada? ¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo? ¿Y en el Turno de Oficio?

 R.- En mi decisión de estudiar Derecho tuvo mucha influencia mi padre, jurista de vocación y profesión. Llevo ejerciendo 25 años y más de 20 adscrita al Turno de Oficio, en el que sigo estando.

 P.- Personalmente, ¿qué le aporta ejercer en el Turno? ¿Y profesionalmente?

 R.- Ejercer en el Turno de Oficio reporta muchas satisfacciones personales, especialmente las derivadas de poder ayudar a personas en situación más desfavorecida. Esta satisfacción se extiende, desde luego, al plano profesional debido a la variedad de asuntos y materias que se pueden abarcar. Sin lugar a dudas, en mi caso ha sido una estupenda oportunidad y una forma de adquirir experiencia añadida a la del ejercicio en casos particulares.

 P.- Mucha gente cree que solo quien puede pagar tiene una buena defensa. ¿Qué les diría a quienes piensan así? ¿Cree que la justicia es igual para todos?

R.- Pienso sinceramente que la justicia es igual para todos y que es obligación de los abogados aportar a los Jueces pruebas que justifiquen la razón de nuestros clientes a fin de obtener sentencias que les favorezcan. En este sentido, en mi despacho nunca hemos hecho diferencias entre clientes de turno de oficio y clientes particulares, todo lo contrario y creo, sinceramente, que este es el criterio del resto de compañeros. Por lo que a los que piensan que solo se obtiene una buena defensa si se ha pagado les digo que están equivocados.

 P.- ¿Percibe que hay más gente que solicita Justicia Gratuita debido a la crisis?

 R.- Efectivamente, la crisis ha multiplicado la solicitud de abogados de oficio para acudir a los Tribunales, lo que, por otra parte, ha supuesto más trabajo para los profesionales, pero también la posibilidad de acceder a la Justicia para muchas personas a pesar de las carencias económicas.

 P.- ¿Tiene clientes, o conoce de casos en los que las tasas hayan disuadido a los ciudadanos de reclamar sus derechos?

 R.- La ley de tasas en muchos casos ha sido un impedimento para reclamar nuestros derechos y en otros casos, solo cuando existen ciertas “garantías de éxito”, los clientes se animan a demandar, por lo que ha tenido igualmente efecto disuasorio.

 MUY PERSONAL

Nací en Güímar (Tenerife), el 3 de febrero de 1963. Mi referente profesional siempre ha sido mi padre, jurista de vocación y profesión, quien, pese a sus 83 años, sigue acudiendo todos los días al despacho, sigue estudiando y, desde luego, sigue influyendo decisivamente en mi vida profesional y en la del resto de mis hermanos, cuatro de los cuales trabajamos en el despacho bajo su influjo y experiencia.

Texto completo de la sentencia del Tribunal Supremo

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