16 abril 2013

Juristas y periodistas analizan la presunción de inocencia y los juicios paralelos sobre `El caso Wanninkhoff´

El Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, la Fundación Fernando Pombo, la Fundación Wolters Kluwer y el Instituto de Derecho Público Comparado de la Universidad Carlos III de Madrid organizaron el 15 de abril una sesión de trabajo del Observatorio de la presunción de inocencia y los juicios paralelos sobre `El caso Wanninkhoff´ en las instalaciones del Senado.

En la apertura, Benigno Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, apuntó que “los derechos humanos son un derecho adquirido y tenemos el deber de respetarlo”. Por su parte, Miguel Satrústegui, vicerrector de Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid, señalo los “enormes prejuicios de una presión mediática en el desarrollo de un proceso judicial”. Por último, Rosalina Díez, presidenta de la Fundación Wolters Kluwer, alertó de que “los juicios paralelos son habituales, ya que se retransmiten juicios orales y se salta con frecuencia el secreto de sumario, multiplicado hoy día por el efecto de las redes sociales”.

En la ponencia posterior denominada `Perspectiva sociológica de los juicios paralelos´, Juan Díez- Nicolás, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, apuntó que “la presunción de inocencia debe no solo mantenerse, sino reforzarse”. Para ello, “tiene que existir el secreto sumarial, porque con él, la capacidad de los medios para influir sería mucho menor. También se debatió sobre el tema de la culpabilidad y los juicios paralelos. “La gente quiere buscar culpables para todo y cuanto antes, mejor”, señaló porque “la justicia aunque sea buena, si es tardía ya no es tan buena”.

A continuación tuvo lugar la proyección del documental `El caso Rocío Wanninkhoff´, producido por Estudio de Comunicación, que puso de relieve los errores judiciales y mediáticos que se produjeron en el proceso. “No soy amiga de la prensa, pero no es nada personal”, comenzó trémula su intervención Dolores Vázquez tras la proyección, acompañada por su abogado, Pedro Apalategui, rompiendo su silencio de años. Así, con voz entrecortada Vázquez, quien tras ser condenada por el caso Wanninkhoff, fue absuelta tras encontrar al verdadero asesino, relató cómo las secuelas de la situación que padeció todavía permanecen, y cómo debe esforzarse cada día para superar su angustia, que aún le lleva a anotar la matrícula de un vehículo por si la siguen, o a tomar nota de dónde va cada día y guardarlo por si le interrogan sobre dónde estuvo en un día y a una hora concretos. “Decir 17 meses, decir siete años… Fue un tiempo de hierro”, recordó Dolores. “Lucho cada día por ello. Procuro sacar fuerzas cada día; es un largo camino que con ayuda de otros cada día voy superando”, murmuró Dolores ante un auditorio expectante. “Todavía estoy pidiendo que alguien me diga un perdón”, concluyó Dolores su intervención, que centró por completo la sesión de trabajo sobre los juicios paralelos.

Su abogado, Pedro Apalategui, que la acompañó y participó posteriormente en una mesa redonda centrada en el caso, lamentó que en procesos como el del Vázquez hubiera habido informaciones de “contenido poco riguroso, frívolo”, y se refirió en concreto al mal uso que a su juicio se hizo de los indicios equívocos, los cuales no eran más que meras conjeturas, y el valor que éstos alcanzaron en las informaciones de los medios de comunicación. El letrado ha pedido para su cliente una indemnización de cuatro millones de euros por los daños sufridos a raíz de los errores policiales y judiciales que se encadenaron en torno al caso entre 2000 y 2003.

Por último, se desarrolló una mesa redonda que contó con la intervención del abogado Pedro Apalategui, el magistrado Enrique López, el fiscal Manuel Moix y la periodista Maria Peral. En ella, se debatió sobre la dimensión empresarial que tienen los medios de comunicación, la imprudencia de elegir entre garantía y eficacia para que exista un proceso justo, el derecho a la información, al honor, intimidad y propia imagen que tiene toda persona, los límites del derecho a la información y las filtraciones de las personas que intervienen en el proceso penal. “Los medios de comunicación tuvieron una gravísima responsabilidad en el juicio, pero no fueron los únicos. Trasladaron los resultados de las investigaciones oficiales”, tal y como apuntó María Peral. “Nos ha faltado humildad y autocrítica a la que somos capaces los medios”, pero no solo los periodistas, “la difusión televisada de la detención tenía tal potencia como para que la opinión pública se formara una imagen incriminatoria desde el principio”. Y apuntó por último que “es también necesario que los periodistas contrastemos hasta la información que nos llega de las fuentes oficiales y extremar la cautela ante un jurado popular”. El acto desarrollado en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, contó con la presencia de autoridades como Ángel Juanes, presidente de la Audiencia Nacional, y Francisco Javier Vieira, presidente del TSJ de Madrid y fue clausurado por el consejero electivo del Consejo General de la Abogacía Española y presidente de la Fundación Fernando Pombo, Joaquín García- Romanillos.

 

 

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