20 marzo 2012

Los abogados y las Cortes de Cádiz: homenaje en el Bicentenario

El pasado mes de octubre se celebró en Cádiz el X Congreso de la Abogacía Española, que pretendía ser, entre otras cosas, el primer acto de la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 y un homenaje a todo lo que representó. En la apertura del Congreso, Carlos Carnicer, presidente del CGAE señaló que "hemos venido a Cádiz sobre todo porque ahora se conmemoran los 200 años de acontecimientos extraordinarios en esta preciosa ciudad, de entre los que destaca, claro está, la primera Constitución española. La castiza y cariñosamente denominada "Pepa". Pero, al margen de la obra maestra que fue y es la Constitución de Cádiz, hemos venido a Cádiz el 2011, sobre todo, para conmemorar y admirar el trabajo de aquellos trescientos diputados, una quinta parte de los cuales eran abogados, todos ellos con un gran amor a la patria a la libertad y al Derecho".

Para el presidente de la Abogacía, "casi nunca los grandes avances de la civilización mediante el Derecho se producen en momentos de prosperidad y bienestar. La Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia (1776), la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1.789, o la Declaración de Derechos Humanos de 1948 se producen durante y tras durísimos momentos históricos de terror, dolor y muerte. La Constitución de Cádiz se elaboró también en una ciudad asediada por los franceses y en estado de guerra. Apenas habían pasado unos años de la aprobación de la Constitución más antigua, la de los Estados Unidos de América (1787) o de la francesa (1.791)".

"Cádiz, señaló Carnicer, era una ciudad moderna, cosmopolita y culta, con más de 60.000 habitantes (Zaragoza tenía 50.000 y Madrid 175.000). Atravesaba una situación en extremo difícil. Además de la guerra y del acoso francés, la ciudad recibió también la visita de la apocalíptica peste o epidemia amarilla que llegó a afectar a alguno de los diputados y que por fortuna fue atajada por las medidas sanitarias impuestas por las autoridades"-

"El esfuerzo de los diputados fue extraordinario y no sólo en la preparación y hasta la promulgación de la Constitución de 1.812 sino en la producción legal previa y posterior a ella, singularmente la Ley de supresión de la censura y la de la erradicación de la tortura, o la supresión de los privilegios señoriales y jurisdiccionales. Aquellos sesenta abogados y otros juristas supieron interpretar con valor y coraje la voluntad de un pueblo que les otorgó su confianza para acabar definitivamente con el despotismo imperante para expandir las libertades entre aquellos que naturalmente ostentan la soberanía popular".

"Se dice que la historia de la humanidad es sobre todo una secuencia de acciones para limitar y erradicar las decisiones arbitrarias mediante el imperio de la Ley. Lo expresaba muy bien la prensa gaditana de la época. "El Conciso", en su número 28 de septiembre de 1.810, proponía elaborar un "código de leyes que contenga el torrente de despotismo y forme costumbres puras y liberales". Muchos pagaron demasiado caro el valor y la osadía de intentar liberar a España del despotismo arbitrario".

"Nada que ver, afirmó más adelante el presidente de los abogados, con esta reunión congresual que se celebra también en Cádiz, en un Cádiz moderno, demócrata, culto, pacífico y placentero, acogedor y para siempre adalid de las libertades. Aquellos integrantes de la Cortes de Cádiz en 1.811 tendrían más que ver con nuestros compañeros asistentes al IV Congreso celebrado en la ciudad de León en 1.970, en plena dictadura. Se diría que en situaciones de dificultad la abogacía española se crece y es capaz de las mejores producciones en justicia, derecho y libertades".

"Nuestros compañeros asistentes al IV Congreso de León permanecerán para siempre en nuestra memoria individual y colectiva, como ejemplo de lo que, también hoy debe ser el espíritu de la Abogacía y de sus instituciones, en la defensa a ultranza de los derechos y libertades. Y para ello, tanto los diputados a Cortes de Cádiz en 1811 como los congresistas de 1.970 de León, terminó Carnicer, trabajaron sobre una base común: la adecuación del Derecho a las necesidades de la dignidad de las personas".

 

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