30 agosto 2011

Tres siglos del Colegio de Segovia

Han transcurrido tres siglos desde  que en 1838 doce letrados fundaran el Colegio de Abogados de Segovia. Carlos Álvaro, periodista de El Norte de Castilla, ha querido realizar un recorrido histórico y retratar a estos personajes para difundir la historia de esta institución que ha crecido sabiendo adaptarse a los cambios, a las circunstancias de cada época, y de cada momento.

Reseña:  ‘Historia del Ilustre Colegio de Abogados de Segovia’

El Colegio de Abogados de Segovia es una de las instituciones más antiguas de la ciudad. Fundado el 25 de julio de 1838, esta corporación profesional ha sido casa de los abogados segovianos durante los dos últimos siglos. El libro narra con todo lujo de detalles el momento de la fundación, cuando los doce letrados que en ese momento ejercían su profesión en una ciudad de apenas quince mil habitantes estamparon su firma en el acta fundacional. Doce profesionales con nombres y apellidos cuya pequeña historia desmenuza el autor con el fin de rescatar la memoria de los fundadores del Colegio.

La investigación ha sacado a la luz pasajes muy curiosos que permanecían ocultos. Las diferentes etapas que dan cuerpo al trabajo revelan que el Colegio de Abogados ha sabido adaptarse a los cambios, a las circunstancias de cada época, de cada momento. De lo contrario, es muy difícil que una institución sobreviva a tres siglos distintos y a tantos avatares históricos. Llama especialmente la atención el impacto que los sucesivos cambios de régimen suscitan en las leyes, la tragedia de la guerra civil, las durísimas condiciones de la dictadura franquista, la contribución de la corporación al advenimiento de la nueva etapa democrática, ya en la Transición… Y, por supuesto, el sello personal e intransferible de los veinte abogados que, hasta el momento, han pasado por el Decanato, figuras de indudable relevancia social e incluso política de la talla de Luis de Contreras, Valentín Gil Vírseda, Carlos de Lecea, Lope de la Calle, Gabriel José de Cáceres, Fernando Albertos, Antonio Sanz Gilsanz o Manuel González Herrero, por citar algunos de los presidentes más carismáticos que ha tenido el Colegio. Sus biografías, junto con las de los colegiales relevantes, aderezan este trabajo que pone en limpio la historia de un institución emblemática.

Fotografías antiguas, muchas de ellas cedidas por letrados descendientes de ilustres sagas familiares de abogados, completan un trabajo dirigido a los profesionales de la abogacía, es cierto, pero también a los estudiosos de la historia local, pues la biografía de Segovia subyace de lleno en el hilo narrativo.

El libro, obra del periodista Carlos Álvaro (Segovia, 1972), ha sido editado por el Colegio de Abogados de Segovia y responde al deseo de la actual Junta de Gobierno de rescatar la memoria histórica de la institución. Caja Segovia, Junta de Castilla y León y Diputación Provincial han colaborado en la edición de una publicación de casi 370 páginas, muy cuidada y de obligada consulta para los profesionales de la abogacía.

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