02 marzo 2011

Nuevas anécdotas judiciales en la segunda parte de "De juzgado de guardia"

Desde hace unos meses ya podemos disfrutar de la segunda parte de  "De juzgado de guardia", el libro de los periodistas Javier Ronda y Jorge Muñoz, cuya primera edición se publicó  hace siete años,  y que recaba anécdotas judiciales haciendo una crítica en tono de parodia sobre los problemas de la Justicia en nuestro país.

Esta segunda parte aparece siete años después de que la primera edición saliera al mercado y según los autores refleja que actualmente los problemas de la justicia siguen siendo los mismos que cuando se publicó la primera.

La publicación aborda situaciones que plasman la "lentitud de la justicia o el  lenguaje incomprensible para parte de la sociedad".  Los ciudadanos tienen la mayoría de las veces, complicaciones con el lenguaje jurídico ya desde el despacho del abogado y  tienden a tergiversar los términos. Por ejemplo por  "usufructo" entiende "su fruto",  por "permuta", "pormulta".

De la misma manera recoge situaciones de tinte surrealista que se viven a diario en los juzgados, como un arranque de honestidad que en una vista por un despido improcedente de una trabajadora de una zapatería. La encargada de la tienda tenía que prestar declaración, ocurriendo lo siguiente: ¿Es usted la encargada de la tienda? ¿Tiene algún interés en que la tienda salga beneficiada en el asunto?

Y responde ella: – Claro que tengo interés, señoría, como que llevo casi veinte años trabajando de encargada en la empresa y conozco muy bien a los dueños. Y por supuesto que me interesa que echen a la trabajadora y que la empresa salga bien parada.

Estos dos periodistas, que normalmente escriben  sobre la visión cruda de temas jurídicos: violaciones, asesinatos y cosas graves, manifiestan que "hacerlo sobre aspectos más agradables es como una válvula de escape para los dos".

"De juzgado de guardia" es un libro ágil que merece la pena leer y con el que Ronda y Muñoz, a través de  decenas de ejemplos consiguen que el lector vea la otra cara de la justicia, la más humana y cotidiana.

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